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viernes, 27 de mayo de 2016

Los viernes, etimologías. 113. El verbo Fari



VERBO FARI

Es un verbo muy interesante, y con ese nombre tan extraño, ni se sospecha lo familiar que resultan sus derivados. A partir del latín fari (decir), griego φημί (femí, decir), germánico bannan (hablar en público) y otras muchas palabras de otras lenguas, se reconstruye la raíz bha, una sonora aspirada que da f en una lenguas y b en otras. (Perdón, perdón, es lo mínimo imprescindible de las complicaciones fonéticas; es que de esta raíz van a venir fama o fábula y también bando o banal).

Del griego φημί tenemos derivados cultos en nuestra lengua, como afasia, o blasfemia, de βλας (mal) y φημί (hablar). El latín vulgar convierte blasfemare en blastimare, de donde lastimar y lástima. Qué bueno, lástima y blasfemia son la misma palabra. También eufemismo, de εὖ (eu, bien) y φημί (hablar). Con vocalismo o el griego crea φὠνή (foné, voz, sonido) y de esta palabra nacen montones de palabras en castellano: fonética, fonema, teléfono, afónico, cacofonía, sinfonía (y de esta, zampoña) y estereofónico.
Del verbo latino fari, que he tomado como título de este artículo, nacen fama e infame, fábula y fabular, que, al perder la f inicial en castellano (ya vimos un día, que quizás es influencia del euskera), evolucionan a habla y hablar, infante, el que no habla (en principio niño, y después tomó el significado de hijo del rey), infancia, infantil; afable (persona a la que se puede hablar), inefable (lo que no se puede explicar con palabras), facundo (elocuente), prefacio. De esta raíz viene fantoche a través del francés. Y del italiano fanciullo, diminutivo de fante, proviene chulo. Del fatum latino (el hado, el destino) vienen fatal y fatalidad, hado y hada, y enfadar (entregarse a la fatalidad). Y nefando (lo que no se puede decir; siempre se aludió al "vicio nefando", que no soportan ni que sea citado. Alguien opina que el odio a la "Educación para la Ciudadanía" era por una sola página, la del vicio nefando. ¿Divorcio? Bueno. ¿Aborto? Bueno. ¿Vicio nefando? Nunca, a mis niños ni se les cita eso en clase).

En latín se crea otro verbo de esta raíz, fateo (reconocer, admitir públicamente), del que vienen confesar y confesor, profesar y profesor, una gran profesión.

Y a partir del germánico bannan (hablar en público) entran en nuestra lengua bando (el del alcalde, no los lados de un conflicto, que ese es de otra raíz), contrabando, baldón, abandonar (dejar en poder de alguien) y banal (común a una población). Y a través del italiano nos llega bandido.


A mí me fascina lo que puede dar de sí esta raíz.