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martes, 5 de junio de 2012

Dice el PP: No hay dinero



Con mucho gusto difundo este comunicado que me acaba de llegar.

INFORMACIÓN Y DENUNCIA DE LAS INTENCIONES DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID EN RELACIÓN CON LOS MUSEOS Y BIBLIOTECAS PÚBLICAS.

Hace unas semanas, desde el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid, se lanzó la idea de echar mano del trabajo de voluntarios para poder abrir las bibliotecas. En el mismo sentido, responsables del Ayuntamiento de Madrid apuntan la idea de pasar la gestión de algunas bibliotecas y museos a la empresa privada MACSA.

Todas estas intenciones de los miembros del Partido Popular, que gobiernan con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Madrid, nos dicen que están motivadas por razones económicos de ahorro y contención del gasto. Lo que no dicen los actuales responsables del Ayuntamiento de Madrid es cómo gastan el dinero en el Área de las Artes de ese Ayuntamiento: El Coordinador General de las Artes cobra al año 86.000 euros (un sueldo mayor al del Presidente de Gobierno de España); el Gerente de Servicios Centrales de MACSA cobra al año 71.629,58 euros; la Directora de Fiestas Populares cobra al año 74.758,58 euros, etc. Estos datos están sacados del periódico EL MUNDO del día 28 de marzo de 2012. Son sólo algunos de los 
numerosísimos cargos nombrados a dedo por el Partido Popular que gobierna este Ayuntamiento en ésta Área de las Artes.

Así pues, es verdad que a los responsables municipales les mueven motivos económicos para mandar voluntarios a trabajar a las bibliotecas, o para pasar la gestión de bibliotecas y museos a una empresa privada. Para pagar los altísimos sueldos de los numerosos puestos directivos nombrados a dedo necesitan que haya gente que trabaje gratis, gente que trabaje en una empresa privada por 641 euros al mes, subir los impuestos a todos los madrileños y deteriorar el servicio público (cuanto menor sea la cultura de la gente, piensan que mejor se dejan manejar).

Cuando las cosas sucedan, no digas que no te lo habían dicho, ya lo sabes. No digas tampoco que nada se pudo hacer. Se pueden hacer muchas cosas. Este correo, por ejemplo, si lo envías solamente a 10 personas y esas 10 a otras diez y asi sucesivamente, con el primer paso son 10, con el segundo 100, con el tercero 1.000, con el cuarto 10.000... ¡ P A S A L O ¡ ¡ QUE LO SEPA EL MUNDO ! y ¡ACTÚA!

lunes, 23 de abril de 2012

Lorca y los libros.





Una gran bibliotecaria y mejor persona, Nuria García Serna, de la que se acordarán los alumnos del IES Luis Buñuel, me envía este precioso texto que quiero compartir con vosotros en el Día del Libro.

El lema debe ser siempre: ¡Cultura!

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros (Granada), en 1931.

Medio pan y un libro.

Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». "Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".


jueves, 1 de octubre de 2009

Préstamos / 4


El sábado 26 de septiembre de 2009 insertaba el diario El País una carta al director firmada por Vicente Pérez Masedo, de Madrid. Se titulaba Una biblioteca menos. Apunté la cita con ánimo de traerla aquí porque me parecía muy interesante. Al día siguiente fui a buscarla al archivo del periódico y no la encontré. La busqué en Google y obtuve el mismo frustrante resultado. Así que la he tenido que copiar. Ignoro a qué se debe la desaparición. Dada la actual línea editorial del diario, que ya ha recibido algunos avisos, y su poca atención al cuidado de su credibilidad, no sé qué habrá podido ocurrir.

Aquí está el texto:

La señora Esperanza Aguirre, tan abrumadoramente dolida por el bajo nivel educativo y cuya brillante solución consiste en colocar una tarima a los profesores, se dedica mientras tanto, siguiendo su sincera preocupación por la cultura, a cerrar bibliotecas. Vivo en el barrio de Ventas de Madrid. Tengo 45 años. Desde mi infancia existía la biblioteca Menéndez Pelayo, en la plaza América Española, junto al colegio Santa Susana y dependiente, ahora, para desgracia de todos, de la Comunidad de Madrid. La biblioteca era patrimonio vivo y profundo del barrio. Allí los chicos del barrio han estudiado, de allí han sacado sus primeros libros. Era una biblioteca siempre llena, igual de gente joven que de gente mayor. Desde agosto ya no existe porque la Comunidad de Madrid la ha clausurado.

¿Qué se puede esperar de un gobernante que se dedica a eliminar bibliotecas? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Quemar libros en las plazas? No lo sé. Pero sí sé el nombre de la persona a la que le molestaba que existiera una biblioteca y la ha cerrado: Esperanza Aguirre.

Por cierto. En la página siguiente del diario se lee bajo el titular de un artículo firmado por el catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona, Manuel Cruz, lo siguiente:

El problema sobreviene cuando la gente se emociona más ante los colores de su equipo de fútbol que ante el sufrimiento ajeno. Y es aquí donde, por desgracia, estamos.

Para pararse un poco y pensar.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Fomento de la lectura / 2

Mi amiga P, me envía una estupenda y extensa respuesta a mi solicitud de opiniones y ayudas para intentar poner en práctica un plan de fomento de la lectura en el instituto. Por su indudable interés, lo pongo a continuación.



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Espero poder contribuir un poquito en este plan de fomento de la lectura que pretendéis poner en marcha en tu instituto. Lo de conseguir que un alumno adquiera el gusto por la lectura es algo en lo que tendré que trabajar dentro de poquito, cuando haga las oposiciones a profesora de lengua y literatura y consiga una plaza en un instituto. La verdad es que la edad "ideal" para mí es precisamente la de los 12 o 13 años, es decir, me encantaría "coger" a los chicos en 1º de la ESO; aunque ya me ha dicho Yolanda que eso es una locura, que son los peores cursos. Aún así, confío en que si se coge a los chicos cuando comienzan una etapa tan importante en su vida, se puede llegar a empatizar con ellos más fácilmente. No sé, todo esto lo veo desde la perspectiva de la que ha sido alumna de instituto hasta hace más bien poquito. Tengo bastante frescos esos años y por eso te responderé a tus preguntas desde el lugar del estudiante, a ver qué tal lo hago.



A ver, lo primero es que el gusto por la lectura debe adquirirse cuando el niño aprende a leer. Es difícil hacerles coger gusto después de 6 o 7 años de lectores eventuales. Pero si hay que intentarlo cuando ya tienen 12, habría que pensar en algún elemento que los haga interactuar entre sí, como si estuvieran en la calle, o jugando una partida de wii o de play con amigos. Para ello, no hay nada mejor como el teatro. A ver, a ver, me explico. Lo del teatro es fácil: habría que elegir una buena obra de teatro (adaptada a estas dos edades) y proponer a los chicos empezar a leerla en clase. El teatro es muy sencillo de leer, y los escritores de posguerra son interesantes y de lenguaje asequible (en general). Si le cogen gusto por el teatro y por la lectura en voz alta, se puede continuar con poesía: recitar poesía. Para ello, hay que aliarse con la música. Se puede partir de cantautores, de poemas que hayan sido musicados o incluso del rap. Si los chicos lo escuchan y les gusta, querrán leer las letras, quizás intenten recitarlas y por ahí se les puede "enganchar". Te sorprendería saber la cantidad de poemas adaptados a música que se han hecho en lengua española. Incluso en 'heavy metal'. De todas formas, para tirarles por la poesía, creo que lo mejor sería empezar por los poetas de la experiencia. Personalmente, me gusta mucho Sabines, Benedetti o García Montero. Una vez que se han habituado a la lectura de teatro y poesía, cogerán la novela con más gusto, porque la novela exige menor concentración, puede leerse de forma diagonal y enterarse bien del argumento. Y volviendo al tema del teatro, si les gusta leerlo en clase, se puede organizar incluso un taller de teatro en el que terminen representando alguna obra.



Mis sugerencias teatrales son Alejandro Casona, Antonio Buero Vallejo y Miguel Mihura. Si te interesa saber más, puedo detallarte algunas obras concretas. (creo que para 13 y 16 años estos tres dramaturgos están bien, aunque quizá para 13 años sea más adecuado Casona).Mis sugerencias noveleras van por las "sagas" juveniles, ya sabes, Harry Potter o El Señor de los Anillos; ya sé que la calidad literaria de Harry Potter quizás deja un poco que desear, pero se pretende engancharles, no que salgan filólogos. Se puede empezar por ahí y acabar lejos. En cuanto a novelas españolas, son muy entretenidas y fáciles para esas edades (sobre todo los 16): Edad Prohibida, de Torcuato Luca de Tena; Quizá nos lleve el viento al infinito, de Torrente Ballester o los libros de relatos de Manuel Rivas, Qué me quieres, amor o Ella, maldita alma.



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jueves, 18 de septiembre de 2008

La (mala) educación / 2 y el fomento de la lectura

Ejerzo de profesor en el IES Luis Buñuel, de Alcorcón, una ciudad que empieza justamente donde Madrid, la capital, acaba. Es un Instituto pequeño. La mitad del alumnado es inmigrante y procede de veintitantos países.

Es un Centro catalogado como de especial dificultad y, hasta ahora, era un Centro Público Prioritario. Esto último fue un invento de alguien en la Comunidad de Madrid para ayudar a los Centros de enseñanza más necesitados a que mejoraran sus prácticas y sus resultados. De estos Centros Prioritarios nadie sabe hoy nada con seguridad, ni si siguen como tales ni si han dejado de existir. Yo creo que se veían como una ayuda excesiva a la enseñanza pública y que esto resultaba insoportable.

Una de las consecuencias para mi Instituto de ser Centro Prioritario fue la remodelación de la Biblioteca, la instalación de nuevo mobiliario y la dotación de una bibliotecaria profesional para gestionarla. Eso ocurrió el curso pasado, en el que se logró que se incrementara el préstamo de libros y, en general, la lectura en el Centro.

Animados en esta línea, pensamos poner en marcha en el curso actual un Plan Lector, destinado al fomento de la lectura y con el propósito de duplicar el número de préstamos de libros realizados el curso pasado. La idea era hacer de la Biblioteca el lugar central de todas las actividades del Centro.

Un día antes de que comenzaran este curso las actividades lectivas, concretamente, el 16 de septiembre, se recibió en el Instituto la noticia de la supresión del puesto de bibliotecario. Han despedido a los pocos bibliotecarios que funcionaban en algunos Institutos y se han olvidado de las Bibliotecas. Ahora, con los horarios hechos y con los planes más o menos diseñados contando con que íbamos a tener un bibliotecario, nos encontramos una vez más tratados como de costumbre.

Hoy, además de contarte esto, quería pedirte algo que seguramente podrás hacer con gusto. Nuestra idea es desarrollar un plan, no de animación a la lectura, sino de fomento de la lectura. La diferencia es clara. Si yo pretendo que en mi asignatura un alumno lea un libro, lo estoy animando a que lea. Cuando lo termine de leer, es posible que no lea otro mientras no le animen otra vez, o, quizás, le obliguen. El fomento de la lectura consiste en crear lectores, en conseguir que le tomen cariño y afición al acto de leer. Y esto es más difícil. Es sobre esto sobre lo que te pido tu opinión. Te sugiero que te pongas en el papel de un profesor o, si lo prefieres, en el de un padre. ¿Cómo te las arreglarías para que tu alumno o tu hijo adquirieran el gusto por la lectura? Y una segunda cosa. Imagínate que tus alumnos o tus hijos son dos, uno de 13 años y otro de 16. ¿Qué libros les darías a leer a cada uno de ellos?

Yo te agradecería mucho que me dijeras algo de esto. Si con tus comentarios consigues que una persona adquiera el gusto por la lectura, vas a colaborar a la felicidad de esa persona y, también, a poner un granito de arena en la montaña de un mundo mejor. Si te extiendes mucho en tu comentario, puedes mandármelo por correo electrónico manuel.casal@educa.madrid.org y lo pondré como entrada y con el nombre que tú quieras. Espero con mucho interés y con mucha necesidad tus noticias.

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