Tengo en la mesa algunos periódicos atrasados y estoy intentando quitarlos de aquí porque me tapan la pantalla de televisión. No es que quiera ver la televisión, sino que como esto siga así, no voy a poder entrar yo.
Uno de ellos es del domingo 23 de noviembre de 2008 y en la contraportada está el gran
Manuel Vicent con una columna que se titula
Descargas. Quiero entresacar sólo dos párrafos para ponerlos aquí, porque por cosas como estas merece la pena leer el periódico.
Conocer a fondo el alma humana, no sorprenderse de nada, estar de vuelta de todo, pero conservar siempre la virginidad en la mirada ante cualquier tragedia, villanía, heroísmo o golpe de fortuna que acontezca en la vida y contarlo como si sucediera por primera vez: ésta es, a mi juicio, una regla de oro para un escritor.
Cuando estés desesperado y ya no encuentres salida, piensa en algo bello, en algo noble y el mundo se volverá a iluminar.
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