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viernes, 9 de abril de 2021

Gafas




 Están muy de moda últimamente unas peculiares gafas con montura invisible y cristales de un color negro absoluto. No se ve nada a través de ellos, salvo por un pequeño agujerito central, del tamaño de la cabeza de un alfiler, a través del cual solo se ven los deseos. Habrá quien piense que con estas gafas se pierde la visión de mucha realidad, y tendrá razón, pero es que cada vez hay más personas que solo quieren ver lo que les interesa, lo que anhelan, lo que desean. Lo demás es como si no existiese.

Estas gafas son muy baratas. Algunos fabricantes hasta las regalan. Son muy útiles para que tales fabricantes hagan lo que les da la gana mientras quienes llevan las gafas puestas se centran obstinadamente en sus deseos, sin darse cuenta de nada de lo que ocurre a su alrededor. De vez en cuando estos tropiezan con la realidad, pero no les importa demasiado: se levantan y se vuelven a concentrar en sus deseos. Algunos les llaman obsesos, pero no les hacen caso. Los fabricantes de gafas les engañan fácilmente y les cuelan cuentos intragables, pero ellos, mientras vean posible la satisfacción de sus deseos, tragan lo que haga falta y hacen lo que les pida la voluntad.

Solo hay una cosa que realizan, además de contemplar sin desmayo sus deseos: señalar y quitar de en medio a quienes osan rechazar una de esas gafas. Es la nueva forma postmoderna de uniformizar a la gente y de intentar que todos vayan por la vida agrupados en el mismo haz.

martes, 14 de septiembre de 2010

Debilidad




Tenía el cielo a su lado, pero no lo veía porque no lo miraba. En realidad, no era capaz de mirarlo. El infierno de la obsesión, del fanatismo, de la fijación, de la imposibilidad de apoyarse en sí mismo y, a la vez, la necesidad de identificarse con los posibles éxitos ajenos le impedía gozar con lo que seguramente le podría proporcionar verdadero placer. No tenía más que cerrar los ojos para no ver lo que veía y alargar la mano, para encontrar algo distinto de aquello que era lo único que observaba desde hacía tanto tiempo. Pero no podía ser. Su debilidad humana se lo impedía.