De las 6.745.591 personas que habitan en Madrid, un millón de ellas está en riesgo de pobreza. Estas personas, junto con otras muchas más que no pueden vivir como los ricos, no pueden costearse un seguro privado de salud. Ni pueden ni seguramente quieren. Sin embargo, la señora Ayuso obliga a todos, quieran o no quieran, a hacerse un seguro de este tipo, porque está desmantelando la sanidad pública y no deja otra puerta abierta. No sé si a esto le llama libertad.
Conozco a personas cuya atención sanitaria está siendo peor que la que tenían antes del ayusato. Yo soy uno de ellas. Mi salud corre ahora más riesgos. La señora Ayuso está jugando con la salud y con la vida de las personas, y lo hace con toda naturalidad, sin poner nada de su parte en solucionar este problema. Me parece que alguien con poder debería intervenir aquí, porque esta imprudencia brutal puede traer consecuencias sin marcha atrás para quienes no son ricos. Aquí hay maltrato. Ahora mismo, en Madrid, el negocio de unos pocos está por encima de la vida de muchos madrileños. Hay muchas personas en Madrid que no se dan cuenta de cómo las están manipulando ni del riesgo que corren sus vidas. Mi padre tenía médico, pero no iba por miedo. Murió joven. Yo tengo médico, pero la atención que recibo es mínima. ¿Moriré joven, también, señora Ayuso?