Es como si cada vez más, los seres
humanos nos quisiéramos dejar arrastrar por no sé qué misteriosos
vientos con el secreto deseo de que nos conviertan por sí solos en
personas. O, quizás, ni siquiera eso. Posiblemente haya seres
humanos que se contenten con que les crezca el cuerpo y que luego
vayan deteriorándose poco a poco hasta morirse.
Pero no hay vientos milagrosos. Y no
hay nada en nosotros que, desarrollándose por sí solo, dé lugar a
un ser humano. Nos confundimos con demasiada frecuencia con los
animales, que sí vienen programados por su carga instintiva,
natural, y que, con muy poco aprendizaje, pueden llegar a su propia
madurez.
Los seres humanos tenemos muy poco de
naturales. Prácticamente todo lo que somos nos viene dado por la
cultura, por todo lo que la humanidad ha descubierto hasta el
momento, y por lo que aprendemos en cada uno de los días de nuestra
existencia. Si no hacemos el esfuerzo cotidiano y constante de
acercarnos a la cultura y a la educación, no lograremos alejarnos
del estado de brutalidad en el que nacemos.
Tú eres responsable, en este sentido,
de tu propia vida, de la de tus hijos, y, en cierto modo, también de la de todos
los que te rodean. Buenas noches.