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martes, 16 de enero de 2024

El deber




De las ideas de las que más contento estoy de haber aprendido, destaca la de que cuando se trata de actuar con otras personas, no me valen las ocurrencias, los deseos ni los caprichos, sino el deber. Entiendo que el sentido racional del deber se ha perdido hoy en buena medida, pero ni yo tengo la culpa ni encuentro otra manera de actuar humanamente, respetando a todos, construyendo algo que no haga daño a nadie y huyendo de cualquier egoísmo que siguiendo lo que me dice el deber.


viernes, 17 de noviembre de 2023

Pero se divertía mucho

 

Deber, de Edmund Leighton. 
Imagen tomada de Wikipedia.


Creía que podía hacer siempre lo que le apeteciera. Ni sospechaba que en muchos momentos tenía que hacer lo que debía hacer. La noción del deber como la respuesta humana a la presencia de otras personas en su vida no la entendía. Nadie le explicó la necesidad del respeto, de la libertad de todos, de la empatía, de la generosidad o de la igualdad. Había llegado a ser ingeniero, pero ni la educación ni la cultura habían pasado por él. Estaba en estado natural. Creía que ya se nace siendo un ser humano y no se daba cuenta que el ser humano se va haciendo a lo largo de toda la vida, que se necesita mucha reflexión, mucho descubrimiento de las relaciones que nos unen indisolublemente con los otros, muy poco individualismo y mucha generosidad. En el fondo se sentía solo, pero se divertía mucho.

lunes, 5 de diciembre de 2022

La felicidad



Berna González Harbour le hacía ayer una entrevista en El País al filósofo José Antonio Marina y la titulaban con una frase del propio filósofo: Que se haya puesto de moda la felicidad es catastrófico.

Creo que es un tema que duele, porque en este mundo tan hostil que estamos creando entre todos, aunque unos sean más activos que otros, nos vemos obligados a sobrevivir, a buscar un refugio, a caer en las esclavitudes que nos presentan o a intentar liberarnos de ellas, según la sensibilidad de cada cual. Dicho con otras palabras, la vida parece que nos empuja a encontrar la felicidad por encima de cualquier otro objetivo y sin que importe demasiado la manera según la cual se consiga. La felicidad no me parece que sea exactamente una moda, como dice Marina, sino, más bien, una necesidad vital que la sociedad neoliberal en la que deambulamos nos impone.

Si observamos lo que hacen y dicen los ciudadanos de hoy, podríamos estar de acuerdo en que la felicidad es la meta que quieren conseguir. Pero podríamos preguntarnos si esto “debe” ser así, si hemos venido a este mundo para ser felices y si este es el objetivo más importante que debemos conseguir.

Muchas personas contestarán, sin duda, que sí, pero me gustaría dejar algunas preguntas abiertas para que quien quiera intente contestárselas. Por ejemplo, ¿esto no desembocaría en una actitud de violencia, en la que regiría la ley del más fuerte? Por ejemplo, el rico quiere ser feliz teniendo mucho dinero, cuanto más, mejor; para ello tiene que explotar al pobre, que también quiere ser rico y quiere tener dinero, pero el rico le deja tener muy poco, con lo que tiene que conformarse con ser solo “un poco” feliz. ¿Es esto lo justo y lo que realmente queremos: la guerra permanente para conseguir la felicidad?

Le preguntaron al exfutbolista Jorge Valdano qué había experimentado cuando, en el campeonato mundial de fútbol de México, en 1986, marcó el gol que le dio el triunfo en la final a Argentina. Valdano dijo que la felicidad venía de la satisfacción del deber cumplido. Veo, por otra parte, que hay personas que buscan ansiosamente la felicidad y no logran encontrarla. ¿No será que lo que hay que buscar no es la felicidad, sino el cumplimiento de nuestro deber, y que cuando lo conseguimos, la felicidad nos viene dada por añadidura, como un regalo no buscado?

jueves, 12 de diciembre de 2019

Buenos días. Miedo




Le educaron para hacerlo todo bien por miedo a un castigo, que podía proceder de diversos lugares. Así desperdiciaron la oportunidad de que se acostumbrara a hacerlo porque entendiera que era su deber o por amor. 

Buenos días.

miércoles, 2 de enero de 2019

Buenas noches. Madurez




El inmaduro se guía por el criterio de lo que le gusta o lo que no le gusta. Si llega a madurar, será capaz de hacer lo que entienda racionalmente que deba hacer y no hará lo que no deba hacer. 

Buenas noches.


viernes, 28 de diciembre de 2018

Buenas noches. Sentido




Todo debe hacerse con sentido. Ni porque sí ni porque le apetezca a uno, sino porque hay un motivo que nos lleve racionalmente a hacer lo que entendemos que debemos hacer. Es la mejor manera de actuar bien y de acercarse a un estado de paz interior. 

Buenas noches.


domingo, 2 de diciembre de 2018

Buenas noches. Gracias





Hay diversas maneras de vivir. Se puede hacer desde el mérito, procurando esforzarse para alcanzar metas que lo hagan a uno subir en el cumplimiento de objetivos y en el reconocimiento de los demás. También se puede vivir desde el deber, si uno intenta hacer no lo que le apetece, sino lo que considera que debe hacer, bien desde la moral o, simplemente, desde la ley. Cada cual puede teñir los actos de su vida como desee, pero hay una forma particularmente grande, a mi modo de ver, que carga nuestra vida de humanidad. Se trata de vivir desde la gratitud. Las gracias son regalos. La RAE define una gracia, en su tercera acepción, como un don o favor que se hace sin merecimiento particular. Si uno toma algo de distancia, puede ver la vida y cada uno de sus actos como dones, como regalos, como gracias. Todo lo que ocurre puede interpretarse como una gracia de la vida que no cesa de darnos oportunidades. Dar las gracias cuando recibimos algo de alguien es desearle que, de la misma manera que la vida, a través de esa persona, nos da algo que no teníamos, le aporte también algún regalo, alguna gracia. Creo que la mejor manera de sentirse como ser humano en la vida es hacerlo desde la gratitud. 

Buenas noches.

domingo, 13 de mayo de 2018

Buenas noches. Deber




Sin la idea de deber, no hay ética. Sin ética, no puede haber una sociedad humana. 

Buenas noches.


jueves, 10 de mayo de 2018

Buenos días. No debemos




Hay cosas que no debemos hacer. ¿Cuáles? 

Buenos días.


miércoles, 7 de marzo de 2018

Buenos días. Igualdades




Sal al mundo. 

Grita con todos tus actos que todos y todas somos iguales. 

Exígele a quien tenga poder que las igualdades sean reales. 

No toleres lo que no se puede tolerar. 

No hagas lo que no se debe hacer. 

Buenos días.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Buenos días. Regalo




No esperes nada. Haz lo que creas que debas hacer. Todo es un regalo. 

Buenos días.

lunes, 13 de febrero de 2017

Buenos días. Osadía 24


Atrévete a no hacer lo que te apetece, sino lo que deberías hacer. 

Buenos días.


viernes, 8 de julio de 2016

Buenas noches. Fuerza



Tú no eres sólo un ser que está en el mundo. Ni siquiera eres únicamente un ser que está vivo. Tú eres un ser que tiene, dormido o despierto, un poderío vital enorme. Tu destino es ser siempre más, pero siendo siempre tú. No tengas en cuenta tus caprichos, sino tus proyectos, y vuélcate en ellos. Descubre la idea de deber. Investiga cuál puede ser tu deber. Sé lo que debas ser, pero con toda la fuerza con la que brotan las flores en la primavera o con la que las fieras atacan a sus presas. Eres un depósito rebosante de fuerzas. 

Buenas noches.


viernes, 24 de julio de 2015

Buenas noches. Educar




Educar bien a una persona no consiste en, sin más, decirle lo que tiene que hacer. Se trata de crearle el hábito, la costumbre de actuar correctamente. Y tampoco basta con esto. Somos seres racionales y eso quiere decir que podemos y debemos entender lo que hacemos y por qué lo hacemos. Si no le explicamos a quien educamos el porqué debe actuar así, actuará como un autómata y es posible que opte pronto por hacer lo que le apetezca, en lugar de hacer lo que debe. No es nada sencillo educar. Buenas noches.

jueves, 7 de mayo de 2015

Buenas noches. Actitudes




Lo importante en la vida es lo que hacemos, no lo que decimos, ni lo que pensamos. Pero a la hora de entender lo que hacemos y de darle su justo valor, cuenta sobre todo la actitud con la que lo hacemos, lo que nos mueve a realizar aquello que hacemos. 

Por ejemplo, está bien que no maltratemos a nadie. Si esto lo hacemos para no meternos en líos que nos puedan perjudicar, en el fondo estamos llevando a cabo esa acción movidos por un cierto egoísmo. 

Pero si esto lo defendemos porque estamos convencidos de que hay que respetar a todas las personas o porque un mundo sin malos tratos es más humano, entonces nuestro acto bueno cobra un valor superior y nosotros crecemos como personas. 

La razón es que no sólo actuamos bien, sino que lo hacemos porque entendemos que nuestro deber es actuar así y somos fieles a nuestra conciencia de manera desinteresada. 

Buenas noches.

viernes, 27 de marzo de 2015

Buenas noches. Lo siento




No siempre actúo como quiero. 

No siempre hago lo que me gustaría hacer. 

No siempre mis hechos son los que, a mi juicio, deberían ser. 

Hay veces que mi timidez, mi falta de tiempo o el barullo de cosas que tengo en la cabeza me impiden ser como quisiera ser. 

De verdad que lo siento. 

Buenas noches.

viernes, 12 de abril de 2013

¿Quién soy yo?




Me miré en el espejo. ¿Quién soy yo?, me pregunté.

Descorrí un poco el visillo y miré por la ventana. Había mucha gente, mucha. Hombres, mujeres, altos, bajos, blancos, negros, amarillos, pobres, ricos, guapos, feos, atractivos y repelentes. Más allá de la calle estaba la ciudad. Al fondo, la montaña y otra montaña y el campo verde y el horizonte y, aunque ya no se veía, más allá del horizonte había otra montaña y otra ciudad y otras calles y más gente, mucha gente, una cantidad enorme de gente. Más allá estaba el cielo. Se veían algunas estrellas. También se veía la Luna. Por allí deberían de estar los planetas, las constelaciones, las galaxias, la hipotética infinitud del universo, aquello desconocido pero con aspecto de ser inmenso, inmensamente inmenso. ¿Quién soy yo en medio de todo esto?

Miré el cristal de la ventana y me vi a mí mismo levemente reflejado en él. Más allá, la gente. ¿qué hago yo con la gente? ¿Qué es la gente para mí? ¿Son iguales que yo o no lo son? ¿Me son indiferentes o no? ¿Por qué unos son felices y otros, no? ¿Por qué unos tienen y otros, no? ¿Qué significa todos? ¿En qué recóndito lugar de mi interior han echado el ancla cosas tales como el amor, la generosidad, el respeto o la igualdad? ¿Por qué es mejor amar que no amar? ¿Por qué hay cosas que debo hacer y otras que no debo hacer? ¿Por qué me hago yo estas preguntas? ¿Qué soy yo? ¿Quién soy yo?

Corrí el visillo. Abrí la puerta y me fui a la calle. Tenía ganas de vivir.

viernes, 22 de febrero de 2013

Buenos días. Lo bueno




Cumplir la ley, en general, es bueno, pero lo que te hace éticamente bueno es hacer algo porque crees que es lo que debes hacer, porque eso es lo que cualquier ser racional debería poder hacer. Si lo que yo quiero conseguir con lo que hago lo puede querer conseguir cualquier otra persona, eso, entonces, debo hacerlo. Por el contrario, si lo que yo quiero conseguir, lo que me mueve a mí a hacer algo, no debe mover a nadie más, entonces eso no es éticamente bueno.

Por ejemplo, lo que le mueve a Mariano a la hora de conducir su coche es su máxima comodidad: hace lo que sea con tal de que su conducción sea cómoda. Así, no pone los intermitentes, va a gran velocidad y adelanta cuando le parece bien, sea de manera prudente o no. Esto que hace Mariano es ilegal, porque va en contra de los preceptos que marca la ley, en este caso, el código de la circulación. Pero, además y sobre todo, es inmoral porque lo que le mueve a actuar es la comodidad. ¿Sería un buen criterio que todos los conductores manejaran sus vehículos buscando por encima de todo la comodidad? Sería un desastre tremendo. Por tanto, las acciones de Mariano son inmorales porque están llevadas a cabo siguiendo un motivo que sólo le beneficia a él y no a todos.

¡Qué difícil es que esto se admita hoy!

domingo, 16 de diciembre de 2012

Lo que se ve. El deber




La libertad no consiste en hacer lo que me apetezca en cada momento, sino en ser capaz de poder hacer lo que debo hacer, lo que la razón, sin tener en cuenta mis intereses, me dice que debo hacer.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Buenios días. Deber



Creo que una de las mayores, si no la mayor, fuente de satisfacción es la de ser consciente de que hago lo que debo hacer y como lo debo hacer.

Esto no se entiende bien a primera vista, pero si lo piensas y lo experimentas, puede que te convenza.