Hace un par de días la vida me llevó
a la presentación en la librería La Central, en la
plaza de Callao, en Madrid, del libro Allegro, escrito
por Alfredo Gómez Cerdá, premio Nacional de Literatura
Infantil y Juvenil, ilustrado por Juan Ramón Alonso, Premio
Internacional de Ilustración Fundación Santa María, y con la
colaboración de Carla Navarro, violonchelista y
musicoterapeuta.
No éramos muchos, pero era bonito ver
a algunas familias acudir con sus hijos al acto. El autor nos contó
la génesis de la idea de hacer el libro y cómo fue creando unos
personajes y una trama, todo lo cual sirvió luego al ilustrador para
sus cálidos dibujos. El libro habla de niños, de niños enfermos,
de niños que quieren ayudar a sonreír a los niños enfermos, pero
también del poder de la música para salvar, en la medida de lo
posible, al ser humano.
El libro, precioso y magníficamente
presentado, está editado por Mr. Garamond. Los
beneficios que se obtengan por la venta del libro irán a parar
íntegramente a la financiación de Proyectos de Terapias
Musicales con niños con enfermedades incurables. En este aspecto
es en el que entra en la escena del libro Carla Navarro, que
lleva a cabo una encomiable labor de acompañamiento a niños muy
enfermos, a los que, a través de la música y de su manera de
entender la música, ayuda a que sonrían, a que sobrelleven su
enfermedad de manera más humana. Gracias a Carla, pudimos ver en el
acto cómo podría ser una sesión con estos niños. Terminamos todos
haciendo música y cantando entre nosotros.
Si pongo esta reseña aquí es porque
considero que el libro merece mucho la pena que lo lean los niños de
cualquier edad y también sus padres. Y también porque colaborar con
esta labor tan necesaria, tan desinteresada y de tanta grandeza
humana me parece digna de tenerse en cuenta.
La verdad es que salí impactado del
acto. Nunca había estado tan cerca de un problema humano de primera
magnitud, como es el caso de estos niños y de sus circunstancias. Y
tampoco había visto a mi lado a personas que sin recibir nada a
cambio -ninguno de los tres responsables del libro ni la editorial lo
hacen- estén en contacto con esta realidad. Me ha hecho pensar mucho
este acto.