Si compras el pan en algunas panaderías
de Alcorcón, puede que te encuentres con que el vendedor no usa
ningún gorro higiénico y que te da el pan con la misma mano con la
que coge las monedas o el billete que le das. Es posible también que
el atuendo que lleve puesto tenga manchas de todos lo colores. Todo
esto junto lo he visto hoy, como todos los días, pero con un detalle
añadido.
Un señor quería que el vendedor le
partiera unas barras en rebanadas con una máquina que había en la
panadería. Logró que el vendedor dejara la conversación que
mantenía mientras le atendía y que se enterara de su petición
cuando ya tenía el pan metido en una bolsa. Se fue, entonces, muy
diligente a la máquina, puso en ella el pan e inmediatamente se
metió la mano por dentro de la camisa, en la espalda, y comenzó a
rascarse por allí, en las profundidades en las que algo le picaba.
Cuando sacó de nuevo la mano al aire fresco de la mañana, y con esa
misma mano, tomó el pan, ya partido, y lo introdujo de nuevo en la
bolsa. Un examen atento de la mano del vendedor no sé qué sorpresas
nos depararía.
Esta es la cultura higiénica que hay
en las panaderías de Alcorcón, porque estas cosas las he visto en
varias. ¿No hay inspectores en el Ayuntamiento que hagan algo por
higienizar las panaderías? ¿No tiene nuestro admirado alcalde,
entre sus muchos asesores, alguno que le indique estas cosas? ¿Será
más eficaz una denuncia en toda regla para que podamos comer el pan
con tranquilidad?