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martes, 23 de noviembre de 2021

La piel como barrera



En este mundo en el que estamos hay asuntos que tienen mucha importancia, pero también una cierta dificultad. Uno de ellos es el de tener la suficiente sensibilidad como para captar y asumir los valores que nos construyen como seres humanos y que permiten construir un mundo mejor. Otro es, una vez asumidos unos valores, establecer razonadamente, no por mero interés, unas preferencias de unos sobre otros, una jerarquía de valores válida en cada caso.

Por ejemplo, ante una enfermedad contagiosa, una persona puede poner como prioritario el valor de la salud, tanto la suya como la de los demás, y consecuentemente se vacunará; otra, en cambio, considerará que su derecho a no medicarse más que cuando le dé la gana es superior al valor de la salud propia y de los demás. O también, un Gobierno puede considerar prioritario el valor de la salud de la población y unos jueces creer que por encima de ese valor está el derecho del que no se quiere vacunar a poder moverse libremente por donde quiera, aunque así contagie a muchos.

Cada cual justificará sus posturas con las oportunas razones, pero, por lo que se ve, es muy difícil hacerlo de manera convincente para que beneficie también a cualquier persona que esté más allá de la propia piel. La propia piel es la barrera ideológica, intelectual y moral de un número cada vez mayor de personas. 

lunes, 8 de mayo de 2017

Buenos días. Osadía 108



Atrévete a ser una persona autónoma, esto es, a darte tus propias normas de actuación y a justificártelas racionalmente. 

Es la única manera de crecer como un ser humano. 

Buenos días.


domingo, 16 de abril de 2017

Buenos días. Osadía 86


Atrévete a buscarle una justificación racional a cualquier norma de educación

Buenos días.


jueves, 7 de abril de 2016

Buenas noches. La buena educación



El sentido de la buena educación es el de que todos los ciudadanos y todas las ciudadanas podamos vivir una vida humana, sin que se moleste a nadie y respetando los derechos de todas las personas.

La buena educación suele tener poco que ver con tradiciones repetidas mecánicamente sin que se sepa por qué se repiten, ni con costumbres establecidas desde hace tiempo que favorecen a unos a costa de otros.

La buena educación siempre tiene un componente personal, que autoobliga individualmente a cada ciudadano, y otro componente social, que favorece a la colectividad.

La buena educación debe estar enraizada en la razón, no en el capricho ni en el interés individual, ni en las costumbres no criticadas. Debe ser fruto de una reflexión que parta de un sentido limpio y noble de lo humano y que vaya dirigida al bien de la colectividad.

La buena educación debe ofrecer siempre una justificación racional de cualquier norma que se ofrezca en su nombre. 

Buenas noches.