Mostrando entradas con la etiqueta Lo racional y lo emocional en las Elecciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lo racional y lo emocional en las Elecciones. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de julio de 2023

Lo racional y lo emocional en las Elecciones / y 3

 

Duane Gish.
Imagen tomada de Wikipedia.

Otro Principio de Goebbels es el de Renovación. Consiste en expresar en un debate un número tan elevado de acusaciones falsas al oponente, que este no tiene tiempo material de demostrar la falsedad de las mismas ni tampoco de exponer su pensamiento. Quien usa esta técnica suele ganar el debate, pero no basándose en la calidad de sus propuestas, sino porque le ha echado en cara al adversario tal cantidad de mentiras que este no tiene tiempo de desmentir. Los ciudadanos no se suelen dar cuenta de que están utilizando esta técnica, y le dan la razón al que usa las mentiras.

Esta técnica es muy parecida a la llamada Gish Gallop, galope de Gish o ametralladora de falacias. El término fue usado por primera vez por la filósofa Eugenie Scott (n. 1945), que fue directora del Centro Nacional para la Educación Científica, en los EE. UU. Esta filósofa, defensora de la Teoría de la Evolución, atacó con asiduidad el Creacionismo, postura religiosa que defiende que la vida y el Universo fueron creados por un dios en un acto concreto. Duane Gish (1921-2013), defensor del creacionismo, utilizaba con frecuencia contra los evolucionistas esta técnica de lanzar con mucha rapidez una sucesión profusa de mentiras, medias verdades o tergiversaciones que hacían imposible que el adversario pudiera rebatirlas en el tiempo que tenía asignado en un debate. De aquí que se la denominase el galope de Gish. Hace poco hemos tenido ocasión de presenciar en España un ejemplo de esta técnica en un debate televisado.

Antes de usar el Principio de Silenciación es necesario tener un número amplio de medios de comunicación que sean afines, cosa que ha ocurrido en nuestro país. Estos medios se encargarán de no reproducir los éxitos del adversario o, al menos, de reducir su importancia. También deben omitir las noticias adversas para el candidato que defienden, y, si es necesario, lanzar cortinas de humo, aunque sea con noticias falsas, que quiten el foco de atención de aquello que no interesa que se sepa. Esta técnica de manipulación se puede intentar contrarrestar en las redes sociales, pero no todo el mundo accede a ellas.

Por último, el Principio de Unanimidad intenta hacer creer que las ideas que se expresan son las que tiene la mayoría de la población. Esto hace que quienes no tienen una certeza clara en sus propias ideas adopten las que se les proponen porque supuestamente son las de la mayoría.

Se pueden consultar todos los Principios de Goebbels en diversas páginas en internet. Una de ellas es https://psicologiaymente.com/social/principios-propaganda-goebbels.


sábado, 15 de julio de 2023

Lo racional y lo emocional en las Elecciones / 2

 

Imagen tomada de Wikipedia.

Sería muy útil en una sociedad tan desinformada como la actual, que todos los ciudadanos, en legítima defensa, se leyeran los once Principios de propaganda que estableció Goebbels, el Ministro para la Ilustración Pública y la Propaganda de los nazis, tan presentes hoy en políticos que usan la razón como más les interesa para conseguir emociones favorables. No conocerlos implica estar expuestos a una manipulación que afectará a la propia vida y a la de todos.

Por ejemplo, el Principio de Simplificación dice que hay que quitarle toda la complejidad a los hechos y reducirlos a algo simple y fácilmente identificable por todos. De esta manera, la realidad se reduciría a un solo aspecto, a un solo adversario, sin matices ni aspectos concretos salvables, sino que ese concepto simple estaría cargado de todos los males imaginables, reales o inventados. Así, las medidas desarrolladas por las izquierdas en España, por poner un ejemplo, se englobarían todas ellas en un concepto simple pleno de negatividad y que definiría fácilmente el único enemigo a batir: el sanchismo. Usando este principio se evita debatir sobre asuntos concretos, como la sanidad, el salario, las pensiones, etc., porque todo se reduce al sanchismo, considerado como la causa de todos los males, aunque la sanidad no sea responsabilidad directa de Sánchez y el salario y las pensiones se hayan incrementado. No hay que hablar de otra cosa más que del sanchismo. La manipulación del ciudadano que acepta esta maniobra es evidente.

También es muy usado el Principio de Trasposición. Consiste en devolver y atribuir al adversario las acusaciones que se reciben de este. Por ejemplo, si a alguien que lanza falsedades sobre mí, le digo yo que está mintiendo, si aplica este Principio, me dirá inmediatamente que no, que quien miente soy yo, que él no miente nunca. Lo mismo si roba, si es un corrupto o si ha prometido algo que al día siguiente ya no cumple. Quien se atreva a acusar, terminará siendo acusado, aunque nunca haya hecho nada malo. La simpleza de la maniobra puede convencer o, al menos, hacer dudar al que no está precavido y no conoce bien los hechos.

El Principio de la Exageración y de la Desfiguración es muy utilizado por quienes intentan manipular las conciencias de los ciudadanos, especialmente con mentiras. Consiste en exagerar hasta desvirtuar una característica o un error que haya cometido el adversario. Por pequeño que sea este error, se trata de agrandarlo para que parezca de una importancia enorme. Y si es una característica personal, se intentará anularla o agrandarla, según convenga, de manera exagerada, para que el oyente se trague la maniobra sin posibilidad de duda. Por ejemplo, a un presidente de un Gobierno se le puede decir, sin justificarlo, que es el peor presidente que ha tenido nunca el país. Convenientemente repetida, esta exageración calará en las mentes de muchos ciudadanos, aunque no sepan en qué se pueda basar tal descalificación.

En la próxima y última entrega veremos la técnica denominada Gish Gallop, usada recientemente en España.

Puedes consultar la entrega anterior aquí.


viernes, 14 de julio de 2023

Lo racional y lo emocional en las Elecciones / 1

 

Aristóteles y Platón debatiendo.
Fotografía tomada de Wikipedia.

De nuevo oigo a un periodista decir que las elecciones no son un asunto racional, sino emocional. No sé qué argumentos hay detrás de esta teoría que justifiquen su veracidad. Tampoco sé si lo que quieren decir con ella es que un ciudadano no elige a quien le ofrece un futuro mejor, sino... ¿a quien le caiga mejor, aunque le ofrezca menos prestaciones? ¿a quien crea que habla con más seguridad, aunque diga más mentiras? ¿a quien más le ayude a dar rienda suelta a sus bajas pasiones, como, por ejemplo, el machismo, la misoginia, la codicia, el racismo o la xenofobia, por no hablar del odio al diferente? Habrá algunos ciudadanos a quienes les convenga que ganen los que pondrán las leyes a su servicio, y así incrementar sus negocios, pero esto no es nada emocional, sino profundamente racional. Quizás vayan buscando emocionar a quienes no van a salir ganando, sino todo lo contrario, porque terminarán con menos derechos y menos ingresos, pero ¿más contentos? Si es así, no hay más remedio que pensar que terminarán siendo también más racionalmente engañados.

¿Habrá una buena cantidad de ciudadanos que caiga en estas redes emocionales porque no sean capaces de darse cuenta de que les están manipulando a través de una lluvia de mentiras? ¿Será este el nivel de cultura que ha alcanzado el país? ¿Con qué medios se puede contrarrestar estos intentos de engatusar a cuantos más mejor?

En mi opinión, por una parte, hay que tener en cuenta que la razón y las emociones no funcionan de manera separada, sino conjunta, puesto que se influyen mutuamente; por otra parte, si lo que se busca es que prevalezcan las emociones, entonces posiblemente la razón deberá estar al servicio de ellas, y en este caso valdrá todo lo que sea eficaz, aunque sean mentiras. Solo se le pedirá a la razón que se adueñe de las emociones de los votantes: si eso es bueno o malo, o si lo que se dice es verdadero o falso, carecerá de importancia.

En la próxima entrega veremos algunos de los procedimientos más utilizados en la actualidad para influir en los votantes.