Estoy sentado en un bar, junto a una ventana que da a una plaza.
He llegado aquí huyendo del ruido, y, aunque hay mucha gente dentro, me es más fácil concentrarme.
Veo los edificios que tengo enfrente.
La gente pasa muy abrigada, porque fuera hace 0ºC.
Se ha levantado una niebla que se va espesando poco a poco.
Cada vez es más difícil distinguir lo que hay más allá del cristal.
Todo es borroso, confuso, como cualquier idea bien reflexionada, como cualquier opinión que no sea una mera ocurrencia, como todo lo que vivimos siendo conscientes de lo que vivimos.
Hoy está ahí fuera, pero la niebla está siempre dentro de nosotros, de casi todos nosotros.
Buenos días.