Jóvenes que veis las noticias por
televisión, que leéis los periódicos, que escucháis por la radio
las atrocidades, las monstruosidades que están sufriendo los
refugiados sirios y todas las personas que huyen de la maldad, de la
crueldad y de la pobreza:
Creedme, por favor, si os digo que no todo en el mundo es egoísmo, que no todo es dinero y afán de tenerlo, que no todo es
inhumanidad, que no todos los gobiernos son como el de España o el
de Hungría, que no todas las religiones son fanáticas, que no todo
es como lo que veis.
Creedme, por favor, si os digo que también hay
solidaridad, y sensibilidad, y fraternidad, y compasión, y
convicciones de que todos somos iguales en derechos, y hay seres humanos
que cada día quieren crecer como seres humanos y no degradarse en
bichos con aspecto humano.
Creedme, por favor, si os digo que el
mundo, las personas que vivimos en este mundo, necesitamos que
critiquéis lo que veis y que sintáis y penséis y seáis de otra
manera.
Creedme, por favor, si os digo que esto es posible y
deseable.
Creedme, por favor, si os digo que sois la esperanza de la
humanidad, que sois nuestra esperanza. Quizás seáis la única
esperanza.