Una de las cosas que no me gusta de
este mundo. He entrado en un bar. Uno de los camareros está enfermo.
Tiene escalofríos. Le duele la garganta. Tiene mala cara. El
encargado del bar está del otro lado de la barra, entre el público.
Como si nada. Ni se le ocurre decirle que se vaya a casa y que el lo
sustituye. Parece que como él es el encargado, no trabaja.
Vuelvo al
día siguiente. El camarero sigue allí. Dice que se siente mejor,
pero le sigue doliendo la garganta. El encargado sigue también allí,
entre el público. Ignoro si algún compañero de los que libran se
ha ofrecido a cambiarle el día o no. Un trabajador enfermo tiene que
aguantar una jornada de muchas horas de pie, enfermo. No sé qué le
podría ocurrir si se queda en casa a curarse.
No me gusta un mundo
así.
Buenas noches.