Hay parejas que te reconfortan y que te
reconcilian con la vida.
Una voz cálida y sensual de mujer cantando
con un cello que la acompaña cuidadosamente.
La brisa del mar al
atardecer acariciando tu cuerpo desnudo.
Una sonrisa cálida en medio
del jardín lleno de flores.
Una mano amiga que aprieta dulcemente la
tuya.
La música de Mahler en la presencia callada de una vela
encendida.
Una copa de vino saboreada lentamente ante la inmensidad
de un paisaje.
La intensidad de un momento ante dos lágrimas rotas.
Un abrazo envolvente junto al abismo.
El cante y el baile de una
soleá.
La voz que recita melodiosamente un poema en medio de una
noche que huele a azahar.
La cultura y la alegría.
El
sobrecogimiento de la línea curva frente a la sencillez de la línea
recta.
Un vestido bello llevado con elegancia.
La juventud de una
persona de mucha edad.
El arte de una pintura y una mente que lo
siente y que lo entiende.
La fuerza brava del mar ante la paz
interior de quien lo contempla en la orilla.
El amigo, la amiga que
se llena la mano de amor y te la pone en tu hombro.
Un pensamiento
lleno en el silencio vacío de la noche.
El placer mío regalado por
otra persona.
La vida y el amor.