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sábado, 6 de agosto de 2011

Indignaos / y 3




¿Cómo concluir esta llamada a la indignación? Acordándonos una vez más de que, en ocasión de los 60 años del Consejo Nacional de la resistencia, decíamos, el 8 de marzo de 2004, nosotros, los veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas combatientes de la Francia Libre (1940-1945), que ciertamente "el nazismo ha sido vencido, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y de las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido totalmente y nuestra cólera respecto a la injusticia sigue intacta".

No, esta amenaza no ha desaparecido del todo. De la misma manera, apelemos todavía a "una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos".

A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto:

"Crear es resistir.
Resistir es crear."



Del libro de Stephane Hessel, ¡Indignaos!

viernes, 5 de agosto de 2011

Indignaos / 2





A los jóvenes les digo: mirad a vuestro alrededor, encontraréis los hechos que justifiquen vuestra indignación -el trato a los inmigrantes, a los sin papeles, a los gitanos-. Encontraréis situaciones concretas que os llevarán a emprender una acción ciudadana fuerte. ¡Buscad y encontraréis! (...)

Hay que comprender que la violencia le da la espalda a la esperanza. Hay que dotar a la esperanza de confianza, la confianza en la no violencia. Es el camino que debemos aprender a seguir. Tanto del lado de los opresores como de los oprimidos, hay que llegar a una negociación que haga desaparecer la opresión; eso es lo que permitirá que no haya violencia terrorista. es por esta razón por la que no deberíamos acumular mucho odio.

Del libro de Stephane Hessel, ¡Indignaos!

miércoles, 3 de agosto de 2011

Indignaos / 1




Todos juntos debemos velar por que nuestra sociedad sea una sociedad de la que podamos estar orgullosos: no esa sociedad de sin papeles, de expulsiones, de recelo hacia los inmigrantes; no esa sociedad que pone en duda la jubilación, el derecho a la seguridad Social; no esa sociedad donde los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente. (...)

Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlo, debemos observar bien, buscar. Yo les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia, decir "paso de todo, ya me las apaño". Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman el hombre, uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.

Ya podemos identificar dos nuevos grandes desafíos:

1. La inmensa distancia que existe entre los muy pobres y los muy ricos, que no para de aumentar. Es una innovación de los siglos XX y XXI. Los que son muy pobres apenas ganan actualmente dos dólares por día. No podemos permitir que esta distancia siga creciendo. Esta constatación debe suscitar de por sí un compromiso.

2. Los derechos humanos y la situación del planeta. (...) Es a René Cassin a quien debemos el término de derechos "universales" y no "internacionales". Porque esta era la cuestión al salir de la segunda guerra mundial: emanciparse de las amenazas que el totalitarismo ha impuesto a la humanidad. Para ello, es necesario que los Estados miembros de la ONU se comprometan a respetar estos derechos universales. (...)

Del libro de Stephane Hessel, ¡Indignaos!


miércoles, 20 de abril de 2011

Indignaos


Stéphane Hessel es un berlinés nacido en 1917, aunque residente en París desde hace mucho tiempo. Su vida personal ha sido una sucesión de vivencias duras, pero a la vez constructivas e importantes. Fue, en 1948, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ahora ha publicado un libro, pequeño por su extensión, apenas 60 páginas, pero grande por su mensaje, titulado Indignaos. Es muy significativo que una persona de su trayectoria vital, con 94 años vividos, tenga que invitar a la humanidad a que se indigne. Piénsalo. Tenlo en cuenta.

El libro está prologado por otro ser humano ilustre y nonagenario, José Luis Sampedro, una de las personas a las que siempre hay que escuchar o leer. Lo edita Destino y vale sólo 5 euros. Léelo, por favor. Piensa lo que dice este hombre. Reflexiónalo y que el resultado de su lectura te sirva para vivir más como un ser humano.