Es la observación de una mezcla de
falta de ética y de mala educación lo que me está preocupando
mucho últimamente y me está dando unas sensaciones de algo así
como asco con bastante frecuencia. Veo que cada vez más la gente en
la vida diaria va a lo suyo con descaro, que hay una baja moral
ambiental enorme, que no se tiene en cuenta a los demás ni por
equivocación, que las mínimas normas humanas no se cumplen. Nadie
se tapa la boca al toser, los camareros estornudan encima de los
alimentos, la gente escupe en el suelo o desde la ventanilla del
coche, por las aceras hay veces que parece que te tienes que
desintegrar, porque ni te dejan pasar ni te dejan estar, la mentira
se justifica con cualquier cosa o ni siquiera se justifica, hay
locutores de radio que no saben hablar ni leer, oyes a ministros y a
gente de poder y notas que por ellos no ha pasado la Ilustración,
hay que estar muy pendientes de lo que te cobran en cualquier sitio,
tienes que pasear sorteando a multitud de pobres personas que se
ganan la vida intentando que entres en su bar a tomar algo, la gente
pone en el autobús sus pies en el asiento de enfrente con la misma
naturalidad con la que Aznar y Bush los ponían en la mesa en la célebre
foto, te acosan por el teléfono sin misericordia, los operarios no
tienen el menor cuidado con lo que hacen, lo mismo se les cae una
tabla a la calle desde un tercer piso que vienen a arreglar algo y
desarreglan otra cosa. Hay un deterioro de la vida cotidiana que no
sé si se va a poder recuperar. Desde hace bastante tiempo observo un
despiste monumental en las familias que, en general y salvo honrosas
excepciones, han abandonado sus funciones educativas. Muchas de ellas
las han entregado ingenuamente a los colegios privados, que se forran
a su costa, porque ellas no tienen tiempo o porque no saben qué
hacer con los hijos. El sistema educativo, por otra parte, busca cada
vez más crear este tipo de ciudadano individualista, que no sabe
pensar, que no sabe ser ciudadano, que va a lo suyo y que no quiere
más que dinero. Ojalá esté yo muy equivocado. Me gustaría poder
convencerme de que realmente lo estoy. Que tengas un buen día.