Ni un reloj, ni un claxon, ni una
sirena, ni un cohete, ni un bombazo, ni un disparate, ni un robo, ni
el empeoramiento de las condiciones vitales, ni las muertes
toleradas, ni las faltas de respeto, ni las mentiras evidentes, ni
una vida de esclavos parecen suficientes para despertarnos.
Buenas
noches.