El odio es una especie de combustible
que gente interesada intenta instalar en nuestras mentes para, en el
momento más adecuado, prenderle fuego y que estallemos contra un
enemigo previsto, que podemos ser nosotros mismos. El odio genera siempre el mal y evita que un
razonamiento equilibrado, justificado y sensato nos guíe. La mejor
forma de detectar el odio es notar el efecto destructor que produce.
Buenas noches.