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lunes, 22 de julio de 2019

Buenas noches. Escuchar




Habría que escuchar el silbido del viento, la inmensidad del mar, el canto de los pájaros, el mensaje de la música, la felicidad del amor... y, sin embargo, solo se oyen ruidos. 

Buenas noches.


miércoles, 12 de junio de 2013

Sin desentonar




Estaba yo escuchando la sinfonía nº 3 de Boccherini. Tenía la ventana abierta. Sobre un fondo de pajarillos piando, se oía a uno, que debía de ser más grande, entonando una melodía nada simple, una especie de sinfonía de ave libre. Me di cuenta de que no desentonaban, que se podían escuchar a la vez. No tenían nada que ver la una con la otra, pero eran capaces de coexistir las dos. Me dio mucha alegría encontrar dos cosas que pudieran estar juntas sin desentonar, sin molestarse, existiendo a la vez. Otro mundo es posible.

lunes, 6 de mayo de 2013

Buenos días. Hay que aprender de los pájaros




Los pájaros me avisan cada mañana de que hay que vivir la vida de cada día, con inocencia, como si fuera el primer día de la vida, y con urgencia, como si fuera el último. Pero a veces no oigo a los pájaros, lo cual es una estupidez imperdonable por mí mismo. En ese caso, debo verlos. Vuelan libres, según les pide la vida. Se paran, hacen lo que necesitan y siguen su vida. No me imagino un pájaro aburrido, ni triste, ni haciendo cosas que no sean propias de un pájaro. Voy a intentar aprender de los pájaros. No digo copiar, digo aprender. Buenos días.

domingo, 5 de mayo de 2013

Buenas noches. Diana floreada




Esta mañana me ha despertado un soberbio concierto de los pájaros residentes en los árboles de los alrededores. Ha sido un agradabilísimo despertar que me ha recordado mi infancia. Yo nací en una ciudad marítima y militar en unos tiempos en los que los militares estaban en todo lo que se cocía. Me acuerdo de que en los días de fiesta grande una banda militar recorría la ciudad a las claras del día ejecutando lo que se llamaba una diana floreada. Consistía en una paseo de la banda tocando por las calles marchas militares y pasodobles del estilo de Soldadito español o Banderita, tú eres roja. El mensaje al ciudadano, aparte del 'Aquí estoy yo' militar, era el de que había que levantarse ya, porque aquel día era fiesta y había que disfrutarla desde bien temprano. Recuerdo que, precisamente porque eran días de fiestas, yo me solía acostar tarde y el paso de los músicos lo vivía más bien como un atentado a la intimidad. En aquellas ocasiones, a la vez que me acordaba malamente del del trombón, del de la tuba y, sobre todo, del del bombo, iba empezando a criticar las tradiciones, que, cuando no entraban dentro de una racionalidad que se pudiera compartir, me parecían aberraciones. Pero, gustara o no, la diana floreada era una invitación a la fiesta, a vivir la fiesta.

Y resulta que, con un poco de suerte, podemos disfrutar de esta diana de los pájaros, que no pían para ti ni para mí, sino para todos, que lo hacen gratis, cada día, anunciando a todos los vientos que se avecina la fiesta de la vida. La llamada de los pájaros es un recuerdo de que cada día es una fiesta, una invitación a la alegría y a la creación de un mundo bueno para todos.

Hoy seguramente ha sido una buena fiesta. Aunque esto del día de las madres tiene un origen y una pinta muy comerciales, no deja de ser una oportunidad para expresar cariño o, quizás, buenos recuerdos, de sacar afuera unas emociones que deberían vivirse con la misma intensidad todos los días del año.

Espero, sin embargo, que algo de cariño te haya quedado para repartirlo entre los demás y que, ahora que empieza la noche, puedas decir que las quieres a muchas más personas. Formemos hoy también esa alegre nube de cariño mutuo que nos reconforte y que nos haga mejores, más humanos. Cuando sientas que vas a sumergirte en el sueño, lanza un beso al aire de tu mundo y deja dispuesto el cachetito para que los que pensemos en ti te besemos. Buenas noches.