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domingo, 1 de junio de 2025

Dormidos




Estamos de viaje. Estamos todos de viaje desde que nacemos. 

Hay dos destinos que son ineludibles.

Uno es el otro, los otros, el resto de personas que nos acompañan en este viaje por la vida en este planeta.

Deberíamos saber todos que lo que pretenden quienes tienen el poder económico es que el viaje lo hagamos de manera individualista. o sea, sin tener en cuenta a los otros ni al planeta en el que vivimos. Ellos, los ricos y quienes se creen que lo son, necesitan gente que no mire las consecuencias de lo que dice ni de lo que hace, que esté preocupada solo por tener trabajo y tener dinero, que no proteste por nada, ni por las condiciones en las que vive ni por lo que necesite, aunque esto sea un médico.

A los ricos de hoy, y a quienes se creen que lo son, el neoliberalismo imperante los ha aislado, los ha embrutecido y los ha deshumanizado. Y al resto, además, los ha dormido.

Del otro destino, muchos no quieren ni oír hablar. Es el destino final: la muerte. A lo sumo, los más miedosos y los menos dados a entender lo que ven se preocupan por el más allá, pero pocos miran al más acá. Cada vez hay más gente que, en su sueño, cree que hemos venido a este mundo a tragar lo que haya que tragar, a aguantar lo que haya que aguantar, a huir de lo complicado y de lo difícil, y a divertirse. Sobre todo, a divertirse. Lo de la muerte, uf, ya llegará.

Y sin embargo, nos vamos a morir todos. Todos y todas. Tener presente que nos vamos a morir sirve para darnos cuenta de que la vida no es infinita, que se acaba. La conciencia de que se va a morir le impulsa a la persona, si es que todavía puede darse cuenta de ello, a llenar de vida su futuro. El futuro es cada día, cada situación, cada momento.

El mundo está lleno de muertos en vida que no saben que lo están. Se limitan a hacer ruido, muchos y diversos ruidos, para olvidarse de que tienen miedo a vivir.


domingo, 19 de enero de 2025

Tragones

 



Ahora me parece que es ilegal, pero hasta hace unos años se podía observar a algunos pescadores, situados en el puente sobre la bahía o en la playa, con sus cañas, lanzando sus anzuelos y sus carnazas al mar de la esperanza, a ver si alguna lubina despistada o hambrienta picaba. Cuando esto ocurría y aparecía la deseada pieza con el anzuelo clavado en la boca, el pez se rebelaba y ponía en escena un trágico ballet de rechazo del dolor y de defensa de su vida, pleno de coletazos y de intentos de zafarse de las garras del destino. La lucha era feroz y la victoria prácticamente imposible, pero la dignidad de la lubina quedaba a salvo de toda sospecha. Cualquier observador podría afirmar que la pobre lubina había actuado como una verdadera lubina.

El ser humano actual, en cambio, ha renunciado a actuar como un verdadero ser humano, y, ante cualquier ocasión en la que podría mostrar su humanidad, se ha aficionado a tragar, a aceptar sin ningún tipo de ballet de defensa o de protesta lo que le echen, lo que le pase, lo que le timen, lo que le engañen, lo que quieran darle, lo que intenten hacer con él.

En lugar del ballet de la dignidad, el ser humano actual traga entre risas lo que los despabilados del mundo le ponen delante, sin mirarlo, sin masticarlo, sin digerirlo, sin saber lo que es y sin tener conciencia de que se ha convertido en un tragón útil para el interesado. No solo es incapaz de actuar como un ser humano, sino ni siquiera como una lubina.



jueves, 10 de agosto de 2023

Tragar

 


Una de las actividades menos humanas entre las que practicamos los humanos me parece que es la de tragar. Me refiero a tragar lo que comemos sin masticarlo, dándoselo al estómago entero para que trabaje y sufra; y a tragar lo que oímos o leemos sin analizarlo, sin entender ni comprender lo que nos metemos en la mente; a tragar bulos, mentiras descaradas, patrañas desestabilizantes e inventos interesados sin comprobarlos, solo por el placer odioso de difundirlos para hacer daño a alguien; a tragar lo que dice la televisión, solo porque lo dice la televisión, igual que antes se tragaba lo que venía en la Biblia solo porque venía en la Biblia, como si fuera un libro de ciencia; a tragar lo que nos satisface, aunque sea un disparate o vaya en contra de la realidad, por el placer de encontrar algún placer; a tragar respuestas para que no se incendien las preguntas; a tragar infundios como si fueran dogmas y dogmas sin vislumbrar siquiera que puedan ser infundios; a tragar tequieros como si fueran eternos; a tragar consignas -todo vale, lo mejor es lo privado, etc.- sin comprender ni en qué consisten ni qué consecuencias tienen; a tragar costumbres sin saber a qué saben ni lo que pueden doler; a tragarlo todo para tener más, porque ya se ha tenido la oportunidad de tragar que tener es mucho más importante que ser. Si aprendiéramos a no tragar...


lunes, 22 de enero de 2018

Buenos días. Elección



Parece ser que o tragas o eres tú. 

Intenta ser tú. 

Buenos días.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Buenos días. Gritar




Contra el vicio de tragar, la virtud de gritar. 

Buenos días.

sábado, 1 de abril de 2017

Buenos días. Osadía 71


Atrévete a no tragar. 

Di que no. 

Buenos días.


miércoles, 1 de marzo de 2017

Democracia


La democracia llora, se la mire por donde se la mire y en donde se la mire.
A la cultura democrática de los ciudadanos la van a colocar en el Museo de Artes Decorativas.
En el escudo nacional van a colocar a un tipo tragando y mirando para otro lado.