A veces no tiene uno nada que decir. La
realidad se pone agria y cruel y sólo cabe escuchar. O hacer lo que
se pueda. Pero no hay que entregarle la victoria a la adversidad.
Siempre hay un momento para respirar, para contemplar algo agradable,
para inventarse un instante, para apretar una mano o para dormir lo
mejor que se pueda. Salvo claudicar, cualquier cosa. Uno de los
sentidos de la vida es estar atentos para ver qué cabe hacer, quien
necesita que le acaricien una mano o a quién se puede acudir para
que le hagan a uno el boca-boca. Móntatelo de forma que puedas
descansar bien esta noche. Pasa lista, a ver si están todos en tu
corazón y regálale un sonrisa cariñosa a cada un@ de ell@s.
Respira hondo, con suavidad. Trátate bien. Olvídate del mundo en un
momento y cáete rendid@. Mañana ya veremos. Buenas noches.