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lunes, 3 de junio de 2024

Con una vez basta





 La equidad, el respeto, la generosidad, la solidaridad, la honestidad, la libertad de todos o el deseo de conocer eran valores que las personas aceptaban como buenos y como necesarios. Entendían que eran esos valores los que la sociedad requería para que fuera humana individual y colectivamente. No es que poco a poco los ciudadanos comenzaran a pensar otras cosas, sino, justamente al contrario, dejaron de pensar y comenzaron a dejar salir al exterior sus deseos, sus apetencias, sus ocurrencias, sus egos y sus crudas aspiraciones privadas. Los valores fueron mal mirados, rociados con alcohol y quemados allá lejos.

Quedaron como jefes supremos los apetitos, y como aspiraciones apetitosas, algo más simple y de más utilidad para el presente: el dinero y el poder. Poco importa el futuro, ni la educación, ni la instrucción, ni -lo más incomprensible- la salud. Solo importa el dinero y el poder. Miran para otro lado cuando imaginan que un día se pueden morir porque no hay médicos. Eso solo le ocurre a los otros, creen, pero no les importa a ellos. Los otros desaparecieron con los valores y con el futuro.

Me preguntan si me gustaría volver a tener veinte años. Mi respuesta ha sido un NO enorme y angustioso. Bastante tengo con vivir esta vida el tiempo que me falte como para querer ahora ampliar este plazo. Con una vez basta.

domingo, 18 de febrero de 2024

El caos

 



Hay quien dice, y creo que es cierto, que se están perdiendo los valores, que se vive de la manera que sea más agradable para cada individuo, que el otro no existe, que solo vale el capricho y la ocurrencia de última hora que le vengan bien a quien los tiene.

A mí me parece que la degradación humana que supone todo lo anterior es un poco más profunda que lo que pueden dar a entender las anteriores palabras. Los valores no son algo que afecte solo a lo sensible, a los sentimientos, y acaben ahí. La solidaridad no es únicamente el sentimiento que nace en mí por que a mí me dé pena la situación en la que vive una persona y nada más. Puede que nazca así, pero lo que da humanidad, sentido y fortaleza a una respuesta solidaria no son los sentimientos, sino la racionalidad que me hace entender que todos somos iguales, que todos tenemos los mismos derechos, que si alguien está viviendo una situación difícil para él, nosotros, si honestamente sabemos y podemos, debemos estar pendientes y ofrecernos a ayudarle, si pide esa ayuda o hace pública su necesidad. Lo sensible y lo sentimental producen limosnas, palabras bonitas, aunque huecas, o excusas baratas. Los valores bien racionalizados ofrecen actitudes que se traducen en actos concretos, de los que se sabe no solo las razones por las que se hacen, sino por las que se deben hacer. Es esta racionalidad la que hemos expulsado de nuestra práctica común, además de los valores. Y con ella la conveniencia y la necesidad del ser humano de preguntarse siempre ¿por qué pienso lo que pienso?, ¿por qué digo lo que digo? y ¿por qué hago lo que hago? Así, con esta desgraciada expulsión, se prescindió de la ética y así surgió este caos cruel.

domingo, 4 de febrero de 2024

Buen y alegre día


 

Cada nuevo día es un regalo de la vida que deberíamos aceptar con agradecimiento y con alegría. 

Cada momento de la vida es una oportunidad de disfrutar de lo que somos, de lo que hemos llegado a ser construyéndonos cada día. 

No se trata de disfrutar de lo que tenemos, que eso conviene compartirlo en la medida de lo posible, sino de lo que hemos considerado hasta este momento que era lo más valioso de la vida y que por eso lo hemos hecho nuestro. Los valores se llaman así porque valen. De eso es de lo que hay que disfrutar. 

Buen y alegre día para ti, que lees esto, y también para quien no lo lea.

sábado, 16 de diciembre de 2023

El sentido de la vida

 



El sentido de tu vida es lo que te hace ir en una dirección o en otra, valorar algo o no hacerlo, lo que te lleva a hacer unas cosas y evitar otras, lo que te mueve a poner tu atención en unas personas y no en otras.

Quizás deberíamos dejar de ponernos etiquetas a nosotros mismos y a los otros y hacer dos cosas. Una, medir nuestras capacidades y tomar conciencia de los valores que conviene hacer reales, mediante las acciones, en la vida. Otra, decidir justificadamente a quién dedicarnos: si a quienes ya lo tienen todo y, sin embargo, quieren más y más, o a quienes están más necesitados, no solo de dinero y de servicios, sino de formación, de criterio, de libertades y de igualdades.

Las etiquetas suelen engañar. Conozco a algunas personas que se reconocen de derechas y que actúan como si fueran de izquierdas. Y también a quienes dicen ser de izquierdas y actúan como los de derechas. Las etiquetas confunden. Lo que no confunde son las actitudes honestas y las acciones que humanizan.

viernes, 8 de diciembre de 2023

¡Viva el Yo!

 



El individualismo generalizado, el egoísmo normalizado, el vale todo retransmitido por medios y redes, el uso del tiempo que haga falta para obtener dinero, la codicia sin límites, el deseo de engañar a cualquiera y el ego por encima de todo han hecho que desaparezca la sociabilidad. Un yo que no para de divertirse para huir de su sensación de soledad está emergiendo de la nada. Un yo vacío corre hacia ninguna parte en busca de dinero sobre un campo plagado de valores destrozados. El otro ha muerto.


domingo, 22 de octubre de 2023

¿Salvarse?




A mí no me gusta confundir al ser humano con la tecnología. Si me paro a pensar en lo que veo, me doy cuenta de que la tecnología ha avanzado mucho, una enormidad. Ahora algunos podemos vivir más cómodamente, más fácilmente, incluso más tiempo. Pero la humanidad que ejercitamos y mostramos al vivir ¿ha crecido en la misma proporción? ¿Desarrollamos ahora más valores humanos que antes, más valores constructivos? ¿Somos cada vez mejores seres humanos? ¿Vivimos más alegres ahora o tenemos que buscar diversiones, huidas, todos los días para ver si sobrellevamos mejor la vida? ¿Vamos creando con nuestra actuación cotidiana un mundo mejor?

A mí me parece que no. La tecnología ha avanzado mucho, pero la humanidad del ser humano está retrocediendo y se está degradando a una velocidad alarmante, en la misma medida en que crece la brutalidad, la microbrutalidad y la macrobrutalidad.

Antes muchos aspiraban a salvarse en otra vida. Ahora han crecido los que queremos salvarnos en esta, pero es prácticamente imposible que lo consigamos, por muy cómodamente que vivamos.

jueves, 7 de septiembre de 2023

Los efectos de la incultura / y 2

 


La ausencia del respeto es clamorosa. En cambio, ha ido creciendo la absurda creencia de que el mundo de todos es una especie de propiedad privada de unos cuantos, que pueden hacer lo que les dé la gana, sin que nadie tenga por qué protestar. Son muchos los casos que se pueden ofrecer de estas inhumanas actitudes crecientes. Por ejemplo, en un bar alguien puede reír a carcajadas estentóreas, hablar al volumen que prefiera y gritar lo que le salga de sus vísceras, porque el bar no lo considera un sitio público, en el que pueden estar a gusto todos y en el que no se debe molestar, sino que es como si fuera su casa. Por la calle, a alguno poco dado a la limpieza se le puede acabar el paquete de tabaco y lo puede tirar al suelo, o, si le viene bien, puede escupir en el suelo -¡han vuelto también a eso!- porque la calle es como si fuese suya. Si el equipo nacional femenino de fútbol gana el campeonato mundial, el presidente de la Federación puede atrapar ostentosa y públicamente su estructura gonadal, como si fuera un aficionado tosco y garrulo, y puede obligar a recibir un beso en los labios a una jugadora, porque las jugadoras son como si fuesen de su propiedad y estuvieran a su disposición. No se sabe si con ello intentaría proponer un modelo de comportamiento a alguien o era un efusión de patriotismo deportivo o que el machismo descerebrado le hervía.

En general, las normas parecen entes desconocidos o innecesarios. Es el caso, entre otros, de las de circulación, en donde los límites de velocidad, no conducir con el móvil en la mano, las direcciones prohibidas y los pasos de peatones son entes que parecen sobrar. Durante las madrugadas unos mindundis pueden pasar por la calle cantando o hablando en voz alta, sin la menor conciencia de que están molestando a quienes duermen. Hacer las cosas bien ha dejado paso a hacerlas de cualquier manera. Huir de ser y parecer un garrulo ha sido sustituido por hacer ostentación pública de serlo. Hablar con los hijos para ir educándolos poco a poco se ha sustituido por comprarles un móvil en cuanto pueden sostenerlo y que se eduquen ellos solos. La complejidad de la realidad ha dejado paso al imperio falso de lo simple, como se ve en las músicas y los juegos de los ciudadanos de poca edad. Lo simple se manipula mejor, pero ellos no lo saben ni les importa. Lo único importante es conseguir dinero, tener dinero, tener, y que no te rayen la cabeza con monsergas de humanidad y de cultura.


miércoles, 19 de enero de 2022

Necesidades




Es necesario que el pueblo tenga claro qué es un valor y cuáles son los valores más importantes, que conozca cuáles son los Derechos Humanos, que distinga lo que es humano de lo que no lo es, que sepa por qué no es razonable ser individualista, que se convenza de que no se puede ir en contra de lo que es de todos, que se dé cuenta de cómo los que viven de privilegios a costa de los demás intentan manipularnos para poder seguir haciendo lo mismo, que no confunda los intereses de unos pocos con las necesidades de todos. Nada de esto son datos que se estudien. Todo esto es cultura, saber vivir como un ser humano. El pueblo necesita cultura.


viernes, 29 de octubre de 2021

Lo legal y lo ético




En realidad no es una noticia que miembros del Partido Popular, y el propio partido, sean condenados por la justicia por llevar a cabo maniobras oscuras con dinero negro. Ya lo fueron en una anterior ocasión y están en juicios por otras varias. Que la ley se aplique a personajes y a organizaciones públicas está muy bien y dice algo bueno de nuestro Estado de derecho.

Lo que me preocupa es que el suceso sea visto por los ciudadanos como un simple fenómeno legal, como la aplicación de la ley a unos delincuentes. Creo que lo que este país necesita es que estos hechos se enfoquen desde un punto de vista moral, ético. 

¿Qué valores defienden las personas y los partidos que actúan así? 

¿Qué respeto muestran a los ciudadanos a quienes gobiernan? 

¿Piden disculpas por lo que han hecho? 

¿Qué ejemplo de comportamiento social dan a quienes les observan? 

¿Les preocupa que sus votantes no vean mal lo que hacen porque ellos, si pudieran, harían lo mismo? 

¿Qué sociedad quieren construir? 

¿Qué es lo más importante para ellos? 

Si todos actuásemos como actúan ellos, ¿cómo viviríamos? 

¿Tratan a los ciudadanos como seres a los que se les puede robar porque o no se enteran o no quieren enterarse o están de acuerdo en que les roben?

Cuando el cinismo, la falta de respeto, la codicia y la falta de ética se hacen normales, ya todos -todos- estamos perdidos.

domingo, 1 de agosto de 2021

El saber y la ignorancia




El saber ayuda a conseguir una vida buena.

Saber bien lo relacionado con tu profesión, saber cocinar, saber divertirte sin dañarte, saber cómo funciona el mundo, saber qué es lo bueno y qué es lo malo, saber cómo hay que actuar en cada momento, saber disfrutar con las artes, saber qué es lo que hace daño y qué lo que no lo hace, saber sin engaños cómo funciona la sociedad, saber cuáles son los valores que nos hacen más humanos, saber por dónde van las ciencias para no caer en las supersticiones, saber lo interesante que ofrece la vida, saber lo más posible de todo hace que tu vida se llene de progreso, de alegría y de madurez.
La ignorancia conduce a la mala vida, al peligro, a las desavenencias, a los errores, a hacer daño a los demás y a uno mismo, a convertirte en un reaccionario, a la falta de ilusión, a la vuelta a lo viejo, a la inmadurez y a la tristeza.
Ya Rabelais dejó dicho, en el siglo XV, que la ignorancia era la madre de todos los males. Y antes, Sócrates había afirmado que “Solo hay un bien: el conocimiento. Solo hay un mal: la ignorancia”.
No hay más que ponerse a saber y no reaccionar en contra de quien te dice algo razonable.

viernes, 29 de enero de 2021

Dicho en el pasado. Valores




29 de enero de 2019

 En la medida en que baja la cultura -que no es saber cosas, sino saber vivir-, desaparecen los valores conquistados.


jueves, 13 de agosto de 2020

Vivir merece la pena




Hoy la vida me pone delante una cifra, dos dígitos, que me intranquilizan, sobre todo, el primero de ellos. Todos los días son iguales, sin duda, pero algunos vienen con unas connotaciones que me hacen pensar y mirar: delante, detrás, dentro, a mi alrededor, la vida, la muerte, la existencia y su paisaje.


Yo nací en un mundo viejo, de ideas encorsetadas, lleno de mentiras creadas, de temores infundados, con mucho sitio para las órdenes sobre lo que había que hacer y pensar, y poco lugar para crecer, inventar y vivir. Era un mundo fascista, parecido al que intenta resurgir ahora, si bien aquel era más espiritualista y este tiene el ojo puesto en el dinero, pero ambos con la intención puesta lejos del ser humano, de todos los seres humanos, especialmente de quienes se veían y se ven impulsados a defender y proferir consignas viejas y mensajes burdos, mientras sus admirados jefes se llenan el bolsillo y hacen lo que les viene en gana.


Afortunadamente, comencé pronto un camino de separación de esa manera de estar en el mundo. Ese camino no lo he recorrido del todo, y no creo que nadie logre terminarlo nunca. Es mucho lo que uno tiene que quitarse de encima y, especialmente, es mucho lo que hay que descubrir, que valorar y que integrar en la propia vida, si uno entiende que merece la pena.


Así que los dos dígitos me asaltan cuando queda mucho por hacer. No lo he descubierto todo -sería imposible-, no lo he hecho bien todo -nadie podría- y sólo creo que tengo una buena voluntad. He descubierto que lo más importante es llegar a ser un ser verdaderamente humano, y que eso implica incluir en la vida unos valores, como la generosidad, la libertad, la justicia, la igualdad o el respeto, que hagan un mundo mejor para todos, no solo para unos pocos. En eso estoy.


Observo con pena, sin embargo, que estos valores son cada vez más despreciados o atacados, y que ciertas modas dirigidas maltratan al ser humano y al mundo con odios, privaciones de libertad, intentos de eliminar a los diferentes y faltas de respeto demasiado habituales. Eso hace que se me despierte la soledad, ese fondo de soledad que llevamos todos y que a veces la vida hace que se levante como si fuera una flor en primavera. Cuento con eso, y también con el cariño de quien me ha ayudado a vivir hasta ahora y de quienes se han preocupado por mí. Es la gran fuente de la alegría.


Aquí estoy, con mis dígitos a cuestas, intentando vivir humanamente mi humanidad, haciendo lo que puedo, intentando con éxito desigual pulir mis defectos, con ganas de ir hacia adelante, procurando tener el cuerpo aceptablemente sano y la mente fresca y abierta, y deseando crear un mundo bueno a mi alrededor que seguramente no veré, pero que es lo mejor por lo que merece la pena vivir. Porque, a pesar de todo, vivir merece la pena.

martes, 14 de abril de 2020

Ser, más que tener


Me he dicho hoy: 

"Valora lo que tienes, aunque sea poco. Hay mucha gente que no tiene ni eso, y hay quien no tiene casi nada.
 

Valora lo que tienes hoy. Nadie te asegura que mañana lo tengas.
 

Y, sobre todo, más que valorar lo que tienes, valora tus valores, lo que eres, lo que verdaderamente te hace ser humano. No hay nada más importante que eso".

martes, 28 de enero de 2020

Buenos días. Estéril



Su belleza asaltaba a cualquiera y se introducía con fuerza a través de todos los sentidos. Sin embargo, ningún gesto, ningún valor llegaba a la mente para echar allí sus raíces y florecer. Era una belleza estéril. 

Buenos días.

martes, 21 de enero de 2020

Buenos días. Prudencia



Nada invita a concentrarse, a reflexionar, a racionalizar la vida.
Todo es improvisación, velocidad, movimiento, apetitos.
Hubo un mundo en el que se valoraba sobre todo la prudencia, descifrar si se respetaba todo y a todos, ser capaz de anticipar las consecuencias de nuestros actos, procurar no empeorar las situaciones.
Eran personas que intentaban formarse como seres humanos, e incluían la prudencia entre sus valores básicos.
Hoy esto está fuera del mundo.
Más que formación, se pretende insertar recetas en la mente de los niños, para que reproduzcan sin rechistar un esquema basado en la ignorancia y en el odio.
Que no piensen.
Que no tengan sentido crítico.
Que no admitan al diferente.
La prudencia... ¿eso qué es?
Lo único que existe es el dinero.
Buenos días.

viernes, 27 de septiembre de 2019

Buenas noches. A tientas




A mí no me lo dijeron, pero yo sí te lo quiero decir a ti. A menos que, huyendo de la realidad, te refugies en algún dogmatismo, religioso o no, la vida consiste en ir a tientas por un presente movedizo hacia un futuro demasiado incierto, para llegar al cual no vale reproducir sin más lo ocurrido en el pasado. Si quieres sentirte vivo, tienes que tomarte el difícil trabajo de crear cada instante, sin caer en el vicio mortecino de repetir cobardemente lo que les valió a otros, o puede que a ti mismo, en otros tiempos. Convéncete de que hay valores que tenemos que convertir en realidades, pero no hay recetas eternas que sirvan para ello. 

Buenas noches.

jueves, 21 de febrero de 2019

Buenos días. Conocerse




¿Te conoces? ¿Cuáles son tus valores? No los digas, pero piénsalo. 

Buenos días.


martes, 29 de enero de 2019

Buenas noches. Valores




En la medida en que baja la cultura -que no es saber cosas, sino saber vivir-, desaparecen los valores conquistados. 

Buenas noches.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Buenas noches. Negocios




Una de las características de este mundo -o lo que sea- actual que más me desgarra la mente es que todo se está convirtiendo en un negocio. El amor se entiende con demasiada frecuencia como un negocio. La cultura es tratada como un negocio. El ocio, que comenzó siendo lo contrario del negocio, ha caído también en las redes de su oponente. La política se desenvuelve demasiadas veces no en clave de pacto, sino en la de negocio agresivo. El triunfo en la vida se entiende cada vez más como el triunfo en algún negocio. Esta sociedad necesita vendedores de amor, de cultura, de ocio, de política, de cualquier cosa para que triunfen los negocios. Las calles, la televisión o internet están rebosantes de oportunidades de negocios. El solitario que se pare y observe el paso de la comitiva de los negociantes se dará cuenta de que las orillas del camino quedan llenas de valores humanos maltrechos, que no se pueden comprar ni vender. 

Buenas noches.

sábado, 27 de octubre de 2018

Buenas noches. ¿Por qué?




Siéntate. 
Apaga todos los ruidos. 
Deja en la puerta todo lo que te preocupe. 
Apaga también, si quieres, la luz. 
Baja los hombros. 
Respira hondamente varias veces. 
Relájate. 
¿Te conoces? ¿Por qué? 
¿Qué valores son importantes para ti? ¿Por qué? 
¿Qué intentas hacer en la vida? ¿Por qué?
¿Cómo es tu relación con el resto de personas? ¿Por qué?
¿Cómo te gustaría que fuera el mundo? ¿Por qué? 
No te preocupes si no encuentras respuestas fáciles o claras. 
Estas preguntas deberíamos hacérnoslas cada día durante toda la vida. 

Buenas noches.