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viernes, 30 de junio de 2017

Fiestas del Orgullo LGTBI



Estamos en plenas fiestas del Orgullo LGTBI. Son, en principio, días de reivindicación para las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales. No sé si estará del todo claro lo que significan todas estas posibilidades. Lo diremos brevemente.

El sexo es el conjunto de características biológicas que posee el cuerpo de cada persona. Según el sexo, estas se distinguen en hombres y mujeres. El género, en cambio, muestra las actividades sociales que en una cultura y en un momento determinados se les atribuye a los hombres o a las mujeres. Es, por tanto una construcción de la sociedad y puede cambiar con el tiempo. Los géneros son el masculino y el femenino.

De la misma manera que una persona con un cuerpo biológicamente de hombre se puede sentir identificada con el género masculino, o si tiene un cuerpo biológicamente de mujer, se puede identificar con el género femenino, hay personas que, teniendo un cuerpo, por ejemplo, de hombre, se sienten identificadas con el género femenino; y también al contrario, teniendo un cuerpo de mujer, sienten que su identidad de género es masculina. A estas personas se las denomina transexuales. La expresión 'identidad de género' se refiere a la percepción psicológica que una persona tiene de su propio género, que puede coincidir o no con las características sexuales que posee.

La 'orientación sexual' hace referencia a la atracción que una persona siente hacia las otras personas. Si un ser humano siente atracción por quienes tienen su mismo sexo, se habla de una orientación homosexual. En el caso de que ambos sean hombres se les suele denominar gays, mientras que si son mujeres se les llama lesbianas. Estos son nombres aceptados comúnmente por la sociedad y por la comunidad científica y no poseen ninguna connotación negativa, por lo que deben usarse en lugar de otros que resultan irrespetuosos para estas personas. Si la orientación sexual es hacia personas del sexo distinto al propio, se habla de heterosexualidad. Cuando alguien siente atracción tanto hacia hombres como hacia mujeres, aunque no sean ambas de la misma intensidad, hablamos de bisexualidad.

La intersexualidad, término más actual que el de hermafrodita, que hoy se usa sólo para referirse a animales y plantas, consiste en la disconformidad que puede presentarse en una persona entre su sexo y sus características genitales. Por ejemplo, puede tener ovarios y testículos a la vez, aunque en diferentes grados de desarrollo. Estas personas no son hombres y mujeres al mismo tiempo, cosa que es biológicamente imposible. Son hombres o son mujeres y se sienten hombres o mujeres, pero tienen una alteración meramente biológica más o menos severa.

Si tiene sentido que celebremos las fiestas del Orgullo LGTBI es porque históricamente los hombres han generado un predominio interesado del género masculino y de la orientación heterosexual sobre las mujeres y sobre el resto de posibles orientaciones. El papel secundario que tradicionalmente se ha atribuido a las mujeres y al género femenino y la persecución que han sufrido las personas homosexuales, las bisexuales, las transexuales y las intersexuales son una muestra de este patriarcado heterosexual que no tiene ninguna justificación ni humana ni científica.


Las fiestas del Orgullo LGBTI son las fiestas de la libertad de que cada persona pueda ser lo que realmente es, no lo que quiera nadie que sea. Son las fiestas en las que se reivindica la igualdad de todos los seres humanos para poder desarrollar su vida de la manera que desee, sin que tenga que subordinarse a intereses de una parte de la sociedad que, de espaldas a la ciencia y a un sentido noble de lo humano, quiere imponer a los demás su peculiar forma de entender la realidad. En la medida en que se reivindica en ellas la igualdad de todas las personas en sus derechos, son también unas fiestas feministas. Y para quien aspire a crear un mundo más libre, más igualitario y más humano, son fiestas de todos los ciudadanos.

domingo, 28 de junio de 2015

Día Internacional del Orgullo LGTBI. No se trata de tolerar



Aunque en cada lugar del mundo se celebra -si se puede- en una fecha distinta, hoy es el Día Internacional del Orgullo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales).

Este día pretende, por una parte, hacer visible la diversidad sexual de las personas, tanto en su identidad como en su orientación y en su manifestación, y, por otra, celebrar la libertad, para que cada uno haga con su propia vida lo que crea oportuno, y la igualdad de derechos que todos tenemos, con independencia de cualquier elemento de tipo sexual.

Hasta hace poco, el gran valor que se aplicaba al fenómeno real de la diversidad sexual de las personas era el de la 'tolerancia'. Decían los heterosexuales más concienciados -o más pragmáticos- que había que 'tolerar' otras opciones y otros comportamientos distintos a los suyos.

Esta idea de tolerancia creo que hoy hay que desterrarla. La tolerancia, en nuestras sociedades modernas, comienza a tener sentido desde que en el siglo XVII, John Locke, en su Carta sobre la tolerancia, propone 'permitir' lo que no tiene otro remedio que aceptarse, por la fuerza que ha tomado en la sociedad, aunque no se esté de acuerdo con ello. Los que toleran, quienes permiten, son los integrantes del grupo dominante, que, ante la imposibilidad de luchar con éxito contra los que son diferentes, terminan aceptando su existencia, tolerándolos. Esta tolerancia es un concepto que, aunque fue eficaz en su tiempo, hoy lo vemos como verticalista, concesivo, como si hubiese un grupo que detentase la verdad única y que le hiciera la concesión a los demás de poder existir de manera diferente.

Hoy nadie tiene por qué 'tolerar' a nadie que exista como lo considere oportuno. ¿Quién y en nombre de qué puede hoy tolerar que una persona pueda ser, por ejemplo, homosexual o no? ¿Quien, de manera justificada, puede hoy autoconsiderarse como quien tiene poder para imponer o permitir a los demás orientaciones o comportamientos sexuales determinados? ¿Quién puede estar tan profundamente confundido como para creer que posee en su mente la única verdad posible?


Hoy no hay que tolerar nada, sino luchar por la igualdad real, por las igualdades. La tolerancia se ejerce desde arriba y se aplica a los de abajo. La igualdad se lucha desde abajo y se busca para todos. Ojalá este Día del Orgullo sea un día de libertad, de igualdad y de felicidad para todos y para todas.