Echo en falta lo que podríamos llamar el buen gusto. Noto su ausencia en las pequeñas y en las grandes cosas. En lo que hacemos, en las relaciones humanas, en la política, en el trato público, en la manera de pensar de muchas personas. Sin buen gusto no hay buena vida y todo se viene abajo. Es el gusto por el respeto, por la cordialidad, por hacer las cosas bien, por no decir barbaridades, por tratar a los demás, al menos, con cortesía. No sé si estas cosas se recuperan.
De momento, respira hondo. Relájate. Descansa. Buenas noches.