Con la ética descubres un modo de pensar y de vivir tu vida que te hace ser tú, y no otro, en medio del mundo. A lo largo de toda la vida hay que ir perfilando la ética, matizándola, mejorándola, profundizándola, humanizándola.
Con la estética transmites a los demás algo de tu ética, de tu modo de vivir. Tu estética es una especie de símbolo de tu ética.
Muchas veces, en las campañas electorales, basta con mirar los carteles para darse cuenta de cómo piensan los políticos.