Imagínate que estás en una especie de
sociedad y que te debes encargar de repartir los bienes que hay entre
todos sus miembros. Vivirán dependiendo de los bienes que tú les
entregues. En principio, se te ocurre hacerlo con un criterio de
mérito. Si alguien trabaja más que otra persona, deberá recibir
más, porque ha rendido más. Sin embargo, te das cuenta pronto de
que esto produce desigualdades, porque quien no ha aportado demasiado
recibe menos y no sabemos si no ha trabajado porque no ha podido o
porque no ha sabido o porque no ha querido o porque no le han dado ninguna oportunidad. Se te ocurre entonces
aplicar el criterio de la necesidad. Quien necesite más bienes,
recibirá más. Por ejemplo, quien tenga siete hijos a los que
atender recibirá más. En cambio, quien tenga menos necesidades,
recibirá menos. Así se logrará más igualdad, aunque alguien que
trabaje mucho, posiblemente reciba menos que otra persona que haya
trabajado más. ¿Tú qué harías? Buenas noches.