Uno de los peligros de la señora Ayuso es que la gente se crea que viene a que nos tomemos cañas y a favorecer que no volvamos a ver a nuestros ex. Sería un lamentable error creerlo. No habla de lo que viene a hacer, porque asustaría hasta a alguno de sus más fanáticos feligreses odiadores de la izquierda. Viene a privatizarlo todo, a hacer más difícil aún la vida de los pobres, de los trabajadores y de los diferentes, a favorecer a los más ricos (que, como decían en la radio hoy, no se van de cañas nunca), a debilitar la educación y la sanidad públicas. Viene a hacer lo que hizo Trump en Estados Unidos y que tan esforzadamente está intentando arreglar ahora Biden. Salvo para los multimillonarios, la señora Ayuso trae debajo del brazo la Caja de Pandora, aquel mítico recipiente que contenía todos los males del mundo.