Vivir
es problemático.
Cada instante de la vida encierra el problema de
intentar vivirlo de la mejor manera: con belleza, con placer y con
justicia.
El problema de cada instante puede tener solución, pero
exige esfuerzo: adquirir hábitos humanos que nos faciliten la
resolución, plantearse correctamente la situación, prever las
consecuencias posibles, ser conscientes de lo que se está haciendo,
descubrir el placer de hacer lo que hacemos y compartir ese placer
con los otros.
Vivir así cansa.
Y si admitimos cono normal la
velocidad a la que todo discurre, la necesidad de hacer miles de
cosas en un momento y los ruidos que nos acompañan aunque no
queramos, entonces cansa aún más.
Me explico que haya tantas personas,
tantísimas, que hacen de la diversión, de la huida de una existencia así
concebida, el estilo de sus vidas.
Buenos días.