Uno de los vicios de nuestra sociedad
que esconde lucrativos negocios es el de la belleza. Lo importante no
es la belleza, sino la elegancia. De poco valen unas medidas justas,
unas formas determinadas o unas siluetas adecuadas, si lo que
esconden es una personalidad bruta, zafia o poco cultivada. No es el
aspecto externo lo que vale, sino el uso que le damos a nuestro
cuerpo. Eso es lo que revela lo que verdaderamente somos.
Buenas
noches.