4 de junio de 2016
Es posible que la belleza nos pueda salvar. Debemos tener preparada la belleza que nos da placer para que cuando no encontremos la alegría que nos ayuda a vivir, podamos recurrir a lo que para cada uno de nosotros es bello. La contemplación de la Naturaleza, cierta música, algún libro, el sexo, el arte o alguna otra actividad placentera es bueno que las tengamos en cuenta, porque nos pueden hacer llevadera una vida que, por lo que sea, se ha vaciado.