Acabo de oír por la radio que el nuevo
portavoz de la Conferencia Episcopal Española explica la caída de
las vocaciones sacerdotales, entre otras cosas que no ha mencionado,
por el descenso de la natalidad. Como nacen poco niños, ha dicho, es
lógico que vayan menos a los seminarios. Ha añadido que en su
familia eran muchos hermanos y que fueron dos hacia el sacerdocio.
Así que, mujer, ya sabes, a parir, a parir muchos hijos, aunque no
quieras tenerlos, aunque no los puedas mantener, aunque no seas
católica. El señor cura tiene que mantener su montaje y, de la
misma manera que en la Edad Media se necesitaban guerreros y luego
mano de obra barata, ahora, por lo que se ve, se necesitan curas y
por eso te invitan a procrear. Por supuesto, que no se van a admitir
que uses métodos anticonceptivos, porque entonces se quedan sin
curas. Ya se sabe que el sexo está únicamente para traer hijos a
este mundo y, a ser posible, que salgan curas. Seguimos estando en
pleno siglo XXI de la Edad Media.