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viernes, 19 de septiembre de 2008

Fomento de la lectura / 2

Mi amiga P, me envía una estupenda y extensa respuesta a mi solicitud de opiniones y ayudas para intentar poner en práctica un plan de fomento de la lectura en el instituto. Por su indudable interés, lo pongo a continuación.



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Espero poder contribuir un poquito en este plan de fomento de la lectura que pretendéis poner en marcha en tu instituto. Lo de conseguir que un alumno adquiera el gusto por la lectura es algo en lo que tendré que trabajar dentro de poquito, cuando haga las oposiciones a profesora de lengua y literatura y consiga una plaza en un instituto. La verdad es que la edad "ideal" para mí es precisamente la de los 12 o 13 años, es decir, me encantaría "coger" a los chicos en 1º de la ESO; aunque ya me ha dicho Yolanda que eso es una locura, que son los peores cursos. Aún así, confío en que si se coge a los chicos cuando comienzan una etapa tan importante en su vida, se puede llegar a empatizar con ellos más fácilmente. No sé, todo esto lo veo desde la perspectiva de la que ha sido alumna de instituto hasta hace más bien poquito. Tengo bastante frescos esos años y por eso te responderé a tus preguntas desde el lugar del estudiante, a ver qué tal lo hago.



A ver, lo primero es que el gusto por la lectura debe adquirirse cuando el niño aprende a leer. Es difícil hacerles coger gusto después de 6 o 7 años de lectores eventuales. Pero si hay que intentarlo cuando ya tienen 12, habría que pensar en algún elemento que los haga interactuar entre sí, como si estuvieran en la calle, o jugando una partida de wii o de play con amigos. Para ello, no hay nada mejor como el teatro. A ver, a ver, me explico. Lo del teatro es fácil: habría que elegir una buena obra de teatro (adaptada a estas dos edades) y proponer a los chicos empezar a leerla en clase. El teatro es muy sencillo de leer, y los escritores de posguerra son interesantes y de lenguaje asequible (en general). Si le cogen gusto por el teatro y por la lectura en voz alta, se puede continuar con poesía: recitar poesía. Para ello, hay que aliarse con la música. Se puede partir de cantautores, de poemas que hayan sido musicados o incluso del rap. Si los chicos lo escuchan y les gusta, querrán leer las letras, quizás intenten recitarlas y por ahí se les puede "enganchar". Te sorprendería saber la cantidad de poemas adaptados a música que se han hecho en lengua española. Incluso en 'heavy metal'. De todas formas, para tirarles por la poesía, creo que lo mejor sería empezar por los poetas de la experiencia. Personalmente, me gusta mucho Sabines, Benedetti o García Montero. Una vez que se han habituado a la lectura de teatro y poesía, cogerán la novela con más gusto, porque la novela exige menor concentración, puede leerse de forma diagonal y enterarse bien del argumento. Y volviendo al tema del teatro, si les gusta leerlo en clase, se puede organizar incluso un taller de teatro en el que terminen representando alguna obra.



Mis sugerencias teatrales son Alejandro Casona, Antonio Buero Vallejo y Miguel Mihura. Si te interesa saber más, puedo detallarte algunas obras concretas. (creo que para 13 y 16 años estos tres dramaturgos están bien, aunque quizá para 13 años sea más adecuado Casona).Mis sugerencias noveleras van por las "sagas" juveniles, ya sabes, Harry Potter o El Señor de los Anillos; ya sé que la calidad literaria de Harry Potter quizás deja un poco que desear, pero se pretende engancharles, no que salgan filólogos. Se puede empezar por ahí y acabar lejos. En cuanto a novelas españolas, son muy entretenidas y fáciles para esas edades (sobre todo los 16): Edad Prohibida, de Torcuato Luca de Tena; Quizá nos lleve el viento al infinito, de Torrente Ballester o los libros de relatos de Manuel Rivas, Qué me quieres, amor o Ella, maldita alma.



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jueves, 18 de septiembre de 2008

La (mala) educación / 2 y el fomento de la lectura

Ejerzo de profesor en el IES Luis Buñuel, de Alcorcón, una ciudad que empieza justamente donde Madrid, la capital, acaba. Es un Instituto pequeño. La mitad del alumnado es inmigrante y procede de veintitantos países.

Es un Centro catalogado como de especial dificultad y, hasta ahora, era un Centro Público Prioritario. Esto último fue un invento de alguien en la Comunidad de Madrid para ayudar a los Centros de enseñanza más necesitados a que mejoraran sus prácticas y sus resultados. De estos Centros Prioritarios nadie sabe hoy nada con seguridad, ni si siguen como tales ni si han dejado de existir. Yo creo que se veían como una ayuda excesiva a la enseñanza pública y que esto resultaba insoportable.

Una de las consecuencias para mi Instituto de ser Centro Prioritario fue la remodelación de la Biblioteca, la instalación de nuevo mobiliario y la dotación de una bibliotecaria profesional para gestionarla. Eso ocurrió el curso pasado, en el que se logró que se incrementara el préstamo de libros y, en general, la lectura en el Centro.

Animados en esta línea, pensamos poner en marcha en el curso actual un Plan Lector, destinado al fomento de la lectura y con el propósito de duplicar el número de préstamos de libros realizados el curso pasado. La idea era hacer de la Biblioteca el lugar central de todas las actividades del Centro.

Un día antes de que comenzaran este curso las actividades lectivas, concretamente, el 16 de septiembre, se recibió en el Instituto la noticia de la supresión del puesto de bibliotecario. Han despedido a los pocos bibliotecarios que funcionaban en algunos Institutos y se han olvidado de las Bibliotecas. Ahora, con los horarios hechos y con los planes más o menos diseñados contando con que íbamos a tener un bibliotecario, nos encontramos una vez más tratados como de costumbre.

Hoy, además de contarte esto, quería pedirte algo que seguramente podrás hacer con gusto. Nuestra idea es desarrollar un plan, no de animación a la lectura, sino de fomento de la lectura. La diferencia es clara. Si yo pretendo que en mi asignatura un alumno lea un libro, lo estoy animando a que lea. Cuando lo termine de leer, es posible que no lea otro mientras no le animen otra vez, o, quizás, le obliguen. El fomento de la lectura consiste en crear lectores, en conseguir que le tomen cariño y afición al acto de leer. Y esto es más difícil. Es sobre esto sobre lo que te pido tu opinión. Te sugiero que te pongas en el papel de un profesor o, si lo prefieres, en el de un padre. ¿Cómo te las arreglarías para que tu alumno o tu hijo adquirieran el gusto por la lectura? Y una segunda cosa. Imagínate que tus alumnos o tus hijos son dos, uno de 13 años y otro de 16. ¿Qué libros les darías a leer a cada uno de ellos?

Yo te agradecería mucho que me dijeras algo de esto. Si con tus comentarios consigues que una persona adquiera el gusto por la lectura, vas a colaborar a la felicidad de esa persona y, también, a poner un granito de arena en la montaña de un mundo mejor. Si te extiendes mucho en tu comentario, puedes mandármelo por correo electrónico manuel.casal@educa.madrid.org y lo pondré como entrada y con el nombre que tú quieras. Espero con mucho interés y con mucha necesidad tus noticias.

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