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viernes, 14 de febrero de 2020

Día de los enamorados



En realidad, da igual cuál sea el origen de este “Día de los enamorados”. El caso es que la mayoría de quienes lo celebran lo hacen gastando dinero en regalos, cenas e historias, es decir, regalando, más que regalándose.

Como no es posible quitar de en medio este día, inscrito profundamente en el santoral capitalista, te propongo que lo aproveches preguntándote algunos asuntos e intentando dar respuestas a estas y a otras cuestiones que te puedan surgir.

Por ejemplo, ¿es lo mismo estar enamorado que amar? ¿en qué consiste estar enamorado y en qué consiste amar? Creo que es muy importante que investigues bien esto último, el significado de amar. ¿Es un estado psicológico en el que ves al otro o a la otra como un diosecillo -incluso como un dios? En el amor, aparte de que la otra persona te guste y te sientas bien con ella, ¿intervienen aspectos más racionales, menos afectivos, más concretos y prácticos? En el amor hay una relación, pero esta relación ¿es de igualdad real, concreta, y afecta a todos los aspectos de la vida en común? ¿Hay cosas de hombres y cosas de mujeres -si la relación es heterosexual- o hay reparto de funciones con independencia del sexo? El amor ¿se acaba en la pareja? En la raíz del amor ¿está que la persona amada te ayude a vivir, que para eso te quiere, o está tu decisión de ayudar a vivir a la persona amada? La persona amada ¿debe vivir como entienda ella que debe vivir o debe hacer lo que tú quieras que haga, porque lo consideras mejor para ella? La persona amada ¿pierde su libertad al amarte? ¿pierde su autonomía, esto es, su poder para darse a sí misma las normas para vivir que considere las mejores?

No sé si me habré pasado con el número de preguntas, pero todo lo importante en la vida suele estar lleno de preguntas. Me gustaría que pensaras, al menos sobre algunas de ellas. Y si lo hicieras con la personas a la que amas, mejor.

Que pases un buen día. Hoy, como todos los días, es el día del amor.

lunes, 17 de diciembre de 2012

domingo, 16 de diciembre de 2012

lunes, 13 de febrero de 2012

Enamorarse en internet



Me dijiste que te habías enamorado por internet y te contesté que nunca cometieras tan grave error. No puedes perder de vista que las relaciones en la vida real no son iguales que las que tienen lugar en el mundo virtual, el mundo de internet. En la vida real un yo se relaciona con un tú al que se le ven los gestos, la mirada, la sonrisa, del que conoces sus olores, su forma de moverse, su manera de ser cuando no pasa nada y cuando pasa y tantos aspectos físicos tan importantes. Nada de esto lo vives en internet. La persona concreta con la que yo me relaciono en internet en realidad no existe. Es una creación mía. A partir de unos datos que yo he leído en la Red, yo me imagino a alguien a quien le asocio esos datos, pero no debo olvidar que esa persona no es más que fruto de mi imaginación. Para ello, para inventarme a esa persona, yo mezclo lo que leo, lo que veo, pero también lo que necesito, lo que me gustaría encontrar, lo que creo que significa lo que esa persona dice. El tú con el que yo me relaciono es una construcción mental mía que no tiene por qué corresponderse con nadie en la realidad. A ese tú imaginario yo le puedo mostrar mis afectos, puedo mostrarle cierta confianza, puedo dialogar con él y puedo esperar de él ciertos detalles y ciertos comportamientos, pero nunca puedo tratarlo como si existiera en la realidad. Creo que deberías pensarte bien esto, incluso si te enamoras en la vida real.

martes, 1 de septiembre de 2009

Enamórate



Tienes que vivir. Pero la vida no es una obligación, ni un no hay más remedio, ni un otra vez lo mismo. La vida es un dejarse de historias y volcarse a vivir.

Te lo digo a ti y me lo digo a mí.

No pases por la vida de puntillas. Que tus pies dejen la huella en el camino. Que tus zapatos se mojen con el agua de la lluvia. No caigas en la rutina. Sobre todo, sé consciente de lo que haces, entérate de lo que vives. ¿Por cuántos jardines has pasado sin oler sus flores? ¿Ante cuánta mierda has mirado para otro lado sin preguntarte por qué estaba allí? No te contentes con mirar. Tienes que ver. No te contentes con ver. Tienes que preguntarte por qué. Y si no encuentras un porque, te quedas con el por qué, pero al menos no estarás vacío.

Tienes que enamorarte. Tienes que enamorarte de la vida. De lo agradable y de lo desagradable. También de lo desagradable, porque si estás enamorado de la vida, algo tendrás dentro para poder cambiar lo que no viene bien. Por lo menos para intentarlo. Porque en la vida sólo encuentras lo que pones. Si pones odio, te encontrarás odio. Pero si pones amor, encontrarás amor.

Ámalo todo, lo pequeño y lo grande. Ama hasta los ratos tediosos de las reuniones, de las esperas, de las escuchas, de los vacíos, del trabajo. Vuélcate en ellos y que no puedan contigo. Siéntete entonces vivo, creativo, consciente de lo que se hace allí y de lo que haces tú. Algo positivo encontrarás siempre en ellos o, si no lo encuentras, lo pones tú.

Y si el rato es agradable, no lo vivas como si no fuera contigo. Es el rato que tienes en ese momento para vivir, así que disfrútalo. Disfruta con la vida como cuando estás con la persona a la que quieres. Hártate de vivir. Vive como si la vida se fuera a acabar mañana. Empápate de la vida. Enamórate de la vida. Desea sentirte siempre vivo. Ingéniatelas para estar alegre y manda la tristeza a donde no la veas. Regala sonrisas como si estuvieras enamorado de todos y de todas y de todo.

Mira a los demás como si fueras tú mismo. Quiérelos como te quieres a ti, o más. Cánsate, pero de vivir, no de no hacer nada. No mates el tiempo, aprovéchalo. Ten siempre un proyecto a mano. Que se pueda contar siempre contigo. Ama la paz mucho más que la guerra. Ten sensibilidad con las causas perdidas y con los que lo tienen difícil. Comprende más que juzga. Escucha más que habla. Pregunta más que responde. Duda más que asegura.

Cuida tu cuerpo. Sólo tienes ese y te tiene que durar toda la vida. Haz deporte. Aprende a comer sano. Bebe sin hacerte daño. No te apoltrones delante de la televisión. Trátate con cariño. Enamórate también de tu cuerpo.

No tengas miedo a ser cariñoso. Es más desagradable no serlo. Sé tú, con tus razones. Deja de ser otro sin ninguna razón. Quiere, si quieres, a los que no quieres, pero a los que quieres, quiérelos más. No olvides que todo se puede amar. No te importe que te llamen raro. Sería peor que te llamaran vulgar u ordinario.

Y si la cosa se pone muy fea, llora. Que no te importe llorar. Pero hazlo con la misma intensidad con la que te ríes cuando la vida es amable contigo. Al fin y al cabo, nosotros nacimos de las lágrimas de los dioses o, quizás, de las lágrimas del amor.

Me gustaría que te dejaras de historias y que te enamoraras de la vida.