Las dos miradas se distinguen muy
claramente cuando se dirigen a ella. Tiene un cuerpo precioso, bello.
La geometría de la Naturaleza se entretuvo mucho en él y puso mucho
empeño en organizárselo de forma muy atractiva, muy
armónica, muy bonita.
La primera mirada es la de quienes se
centran y se concentran en su cuerpo, como si la
necesitaran para poder izar sus banderas y lanzar a los cuatro
vientos sus bramidos bravos. Una vez cumplidas sus secretas
intenciones, quizás se olviden de que ella existe hasta que la
necesidad les haga volver a recordar su imagen.
La segunda mirada es la de quienes
saben ver, sin duda, la belleza que posee, pero también están
interesados en descubrir lo que hay detrás de ese impactante aspecto
externo, en ese depósito de generosidad, de alegría, de ingenio y
de vida que oculta dentro y que muestra a quien quiere verlo.
Yo creo que a ella, en el fondo, le dan
igual las miradas cortas, las opiniones superficiales, el contacto
chato, los ojos ardientes, las sonrisas interesadas, porque está muy
por encima de estas situaciones, pero yo me sentiría confundido y
hasta maltratado si me hubiese tocado jugar un papel similar al suyo.
Buenas noches.