No vivas una vida pobre. Enriquécela con todo lo que no se compra, pero que vale alegría, paz, serenidad, compañía que te deja ser y que se deja que le ayudes a ser, sonidos, pero no ruidos, silencio, pero no gritos, permite ser libres y llenar el tiempo de vida y de humanidad. Vive una vida rica, que no tiene por qué ser ni de lejos una vida de ricos.