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lunes, 4 de octubre de 2010

Opiniones / Rosa María Artal

Rosa María Artal es una periodista zaragozana que, desde su condición de prejubilada de RTVE,  se encuentra en una situación de gran libertad para hablar y para escribir. Tiene varias novelas, como el Diario de una mujer alta, ¡Mírame! El reto de una mujer madura o España, ombligo del mundo. También escribe en su blog El periscopio. Traemos aquí una entrevista relativamente reciente en donde habla de lo que observa hoy en su mundo.


martes, 23 de septiembre de 2008

Una concepción del periodismo

Aunque nos estemos acostumbrando a mirar para otro lado y casi no nos damos cuenta, yo creo que todo está en crisis. No sé si siempre ha estado todo en crisis, o si es cosa que ha empezado recientemente y que se nos ha instalado entre nosotros sin hacer mucho ruido. El caso es que ahora me parece a mí que la crisis es demasiado general. Y no me refiero a la crisis económica, sino a una crisis más amplia que afecta a valores, a formas de vida, a maneras de entender la realidad, a las pequeñas y a las grandes cosas que forman la existencia. O puede que sea que la velocidad a la que discurre todo va dejando por el camino, como si fuera por efecto de alguna fuerza centrífuga, trozos de realidad, mientras otros trozos avanzan a ritmos vertiginosos hacia no se sabe qué rincones ansiados.

Una crisis es una separación, una rotura de algo en partes y que necesita ser analizado. Así, hacer una crítica es separar lo criticado en sus partes constitutivas y analizarlas para ver si valen o no valen.

Es posible que uno de los sectores sociales en los que esta crisis, esta separación, se ha hecho más evidente sea en el del periodismo. Siempre ha habido periodismo amarillo, sensacionalista. Pero, quizás, las cotas a las que está llegando en la actualidad nunca se habían alcanzado.

El pasado 6 de septiembre, el estupendo escritor argentino Tomás Eloy Martínez publicaba a la vez en el diario El País y en el bonaerense La Nación un artículo titulado No hay piedad para Ingrid ni para Clara. Narraba en él el acoso periodístico, propio de verdugos, al que están siendo sometidas Ingrid Betancourt y Clara Rojas después de su liberación.

Extraigo dos párrafos de este artículo en donde se muestran con claridad cómo entienden algunos periodistas el ejercicio de la difícil profesión que han elegido.

...siguió, desde el momento mismo en que las mujeres fueron liberadas, el acoso de un periodismo sin fronteras morales, que sigue esforzándose por convertir a las víctimas en piezas de un espectáculo que se presenta como información necesaria, pero cuya única función es saciar la curiosidad perversa de los consumidores de escándalo.


La realidad concebida como un espectáculo que se presenta como información necesaria ante los consumidores de escándalo. La degradación periodística no se puede mostrar de manera más contundente.

La otra cita es del libro de Kapuscinski, Los cínicos no sirven para este oficio :
Con la revolución de la electrónica y de la comunicación, el mundo de los negocios descubre que la verdad no es importante, y que ni siquiera la lucha política es importante, sino que, en la información, lo que cuenta es el espectáculo. Y, una vez que hemos creado la información-espectáculo, podemos vender esta información en cualquier parte. Cuanto más espectacular es la información, tanto más dinero podemos ganar con ella.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Periodismo

Tomo el párrafo siguiente del blog de Juan Cruz del día 3 de septiembre. ¡Cuánto interés tiene siempre el blog de Juan Cruz! Y se lo brindo a mis amigos futuros periodistas. A mis queridos amigos y amigas futuros periodistas.


García Márquez ha dicho que por las mañanas se despierta rabioso como un perro por el periodismo que hacemos, y Gabilondo ha defendido el buen periodismo como
factor de desarrollo social, cultural, económico y político. Este es, lo dice el Nobel colombiano, el oficio más bello de la tierra, y muchas veces arrojamos sobre él basura a pilas. Un periodismo contrastado, sereno, en el que los periodistas no tengan que arrojar vergüenza a su oficio, requiere, decía García Márquez, dedicación y tiempo. Y buena voluntad. Kapucinsky decía que este no es un oficio para cínicos. Es cierto: el cinismo es lo contrario de la buena voluntad; el cinismo, la ignorancia del sufrimiento ajeno, la falta de solidaridad con lo que padecen los que son objeto, o sujeto, de nuestra información
.”

Yo lo uniría a lo que decía otra persona que se merece que sea escuchada por la gente sensata y abierta. Me refiero a José Luis Sampedro. Siempre tan lúcido, hace poco decía: “Antes lo que había era hipocresía. Lo que hay ahora es cinismo y desvergüenza”.

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El periodismo como factor de desarrollo social, cultural, económico y político. ¡Qué responsabilidad! Pero, a la vez, qué ilusionante, qué meta para proponérsela. Qué oportunidad para convertirse en una persona fuerte, en una persona, Almu.

Y, en todo caso, siempre quedan los blogs. Creo que hay que escribir para la inmensa minoría de tus lectores. No sabes quién te lee. Ni sospechas desde dónde te leen. Tienes un grupo de lectores que no te dicen nada, pero que te leen y lo hacen desde lugares insospechados: Arabia Saudí y el vecino de enfrente. El medio es el mensaje. La libertad, la crítica, la buena voluntad, los otros, todos, un mundo en el que quepamos todos. Los valores que queremos, los que amas, deben estar en tu blog.
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