Ellos mismos no lo notan y creen que no
la poseen, pero la vejez mental se percibe a leguas de distancia y
afecta a hombres y mujeres de cualquier edad. Los viejos se agarran a cuatro
ideas, normalmente del pasado, y no son capaces de ver a las personas reales, no se dan
cuenta del daño que hacen, no son conscientes de lo solos que se van
quedando, de que han perdido el sentido del ridículo y de que no quieren enterarse
de que nadie va a contar con ellos en el futuro. Sobre todo, no se
dan cuenta de que la vejez es la antesala del acabamiento, de la
muerte en vida. Qué pena ver a tanto viejo de poca edad. Y qué alegría ver de vez en cuando a jóvenes de muchos años. Saramago, José Luis Sampedro, Rita Levi-Montalcini, Santiago Carrillo y tantos otros eran cada día más jóvenes. Buenas noches.