Queridos Magos:
Como se puede ya ver, no me importa
este año vuestra majestad, sino vuestra magia. Está el mundo tan
herido y las esperanzas tan débiles, que quiero recurrir a vuestros
poderes para volver a recordar lo que podría ser una vida humana,
tan lejana a esta que los neoliberales nos están imponiendo y que
tanto mal está generando entre nosotros.
¡Cómo me gustaría que con vuestra
magia lograrais un mundo en el que de verdad fuéramos todos libres!
Ahora sólo pueden serlo los ricos. Es que las grandes palabras
suenan a hueco cuando no se pueden transformar en realidades
concretas. Y a los ricos se les llena la boca con eso de la libertad,
pero a los demás nos cuesta trabajo ser realmente libres, porque no
siempre estamos en situación de poder elegir ni podemos optar por lo
que querríamos, porque no podemos permitírnoslo. ¡Qué bonito
sería que con vuestra magia pudierais hacer ver a estos neoliberales
lo injustos que son con lo que defienden!
También me gustaría que de vuestros
camellos bajarais un manto de igualdad y que lo extendierais por toda
la sociedad. Esto es lo que más les duele a los poderosos, porque
han obtenido sus riquezas a costa del trabajo de los demás, de los
que ellos consideran inferiores. Pero es lo que más necesitamos los
que no somos ricos ni tenemos poder, pero que también somos seres
humanos. Algo deberíais hacer con vuestra magia para echar abajo esa
chulería con la que estos señores se creen supriores a los demás.
¿Y si fuera posible un mundo en el que
brillara la justicia? Eso sí que sería bonito y bueno. Imaginaos un
mundo lleno de buena voluntad, de solidaridad, de alegría, de
necesidades cubiertas, de ilusiones, de esperanzas compartidas, de
igualdad y de libertad. Seguro que seríais capaces de mostrarnos
cómo sería un mundo así.
Ya sé que luego el problema es pasar
de la magia a la realidad, pero para eso tenemos la racionalidad, el
pensamiento, la razón, la buena voluntad. Cuesta trabajo que la
razón domine en el mundo, porque la educación ha sido mortificada y
la cultura saqueada, pero deberíamos luchar por ello. Vuestra magia
debería servirnos para ponernos delante una meta clara por la que
luchar.
En fin, queridos Magos, haced lo que
podáis. Yo sólo pido salud, para mí y para todos. Y que los signos
de vuestra magia sigan vivos entre nosotros y nos ayuden a mejorar el
patio.
Buen trabajo.