Son muy peligrosos. Han mentido. Han
engañado. Han demostrado su ineptitud. Han hecho todo lo contrario
de lo que dijeron y prometieron. Han confundido el derecho a
gestionar el Estado en beneficio de todos con la creencia en que el
Estado era suyo y que, por tanto, podían destrozarlo y venderlo por
partes. Han creído que tenían derecho a quitar sus derechos a los
ciudadanos. Han dado un ejemplo público e irresponsable de
inmoralidad. Han jugado con la salud y con la vida de las personas.
Han destrozado la educación pública y han intentado convertirla en
un negocio que entontezca a los ciudadanos. Han favorecido con
descaro los intereses del más allá en detrimento de los del más
acá. Han demostrado que les interesa más la religión que los
ciudadanos. Han situado la ciencia al nivel de sus exiguos
conocimientos. Han entregado la soberanía a los mercados con la
sonrisa en la boca. Han ensuciado el país de cinismo y de
desvergüenza. Han convertido la política en una fuente de reformas
que favorezcan sus negocios particulares. Han renunciado a la
política y han abrazado la economía más rastrera, sin dejar de ser
políticos. Han echado la culpa de sus desmanes a todos los demás,
menos a ellos mismos. Han convertido, siempre que han podido, las televisiones públicas en fuentes de manipulación, tergiversación y adoctrinamiento. Han tratado a los ciudadanos como si fueran
tontos. Han corrompido la política de palabra, obra u omisión. Han
aplicado con una osadía sin límites el inhumano lema neoliberal de
que todo vale. Han creído que en política se pueden aplicar
irresponsablemente las huidas hacia adelante. Han confundido la
política con un burdo partidismo. Han convertido la democracia en
una casa de negocios sucios. Han creído que un ciudadano es un
número. Han puesto sus malas ideas por encima de las personas. Han
considerado que la cultura era un lujo para gente ociosa. Han
maltratado injusta e insensiblemente a los ciudadanos. Han convertido
a sus adversarios en enemigos. Han manejado irrespetuosamente a las
personas. Han sido injustos en sus juicios. Han favorecido a los
avariciosos a costa de los demás. Han hecho reformas dañinas. Han
confirmado que no tienen piedad con los más desfavorecidos. Han
jugado sucio. Han hecho mucho daño. Estos señores del PP deben irse
ya antes de que esto ya no tenga remedio.