Una de mis múltiples ocupaciones consiste en atender la “Oye, Manolo, esto ¿qué es? Consulting”, una de las funciones que casi todos los miembros de la familia me ha atribuido. Si sé algo de lo preguntado, lo digo, pero si no, tengo que buscarlo. Muy entretenido todo.
En medio de estas misiones me he enterado recientemente de que en Castilla y León cada vivienda paga una tasa de basuras, pero también otra tasa por gestionar los residuos, por enviarlos a reciclar y esas cosas que están muy bien. Lo misterioso -y cabreante- es cuando en un pueblo hay solo dos contenedores de basuras, ambos de materias orgánicas, a los que van las cáscaras de las naranjas, y también los envases y las botellas, pero tienes que pagar la tasa de gestión de residuos. ¿Habrá algún individuo encargado de separar los cristalitos de las botellas de los envases del yogur y de los tetrabricks? No sé yo...
Otra de las consultas era sobre la comunicación de un Banco que, como todos ahora, sube las comisiones por tener una cartilla. Resulta que si tienes un saldo de más de 30.000 €, pagas 24 € al año, pero si tu capital no llega a esa cifra, como le ocurre a multitud de viudas de la España vaciada, entonces la comisión sube a 60€. O sea, que si eres rico, pagas menos, pero si eres pobre, pagas más. No hace falta buscar ningún ejemplo más claro de injusticia y de desigualdad.
Buenas noches.
