Mostrando entradas con la etiqueta formas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta formas. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de julio de 2015

Buenas noches. Formas



En mi opinión, cuando oímos hablar a alguien o leemos lo que dice, no deberíamos quedarnos en la apariencia, en la primera impresión que nos produzca. No se trata de ver si quien se expresa es vehemente o no, o si es frío o emotivo en su discurso. Habría que intentar ir al contenido, a lo que dice, a las ideas que expresa, para analizarlas y descubrir el mensaje que nos quiere transmitir. 

Pero creo que tampoco deberíamos quedarnos ahí, porque la mayoría de las veces nos es muy útil intentar ver la estructura del discurso. Me refiero a si las ideas que se muestran están relacionadas entre sí, si están justificadas por hechos, por ilusiones o por deseos, si forman un argumento racional que permita ser comprendido por la razón o si, por el contrario, invitan a que simplemente nos lo creamos.

Nos daríamos cuenta, posiblemente, de que en algunas ocasiones nuestras opiniones sobre lo que ocurre en el mundo tienen la misma estructura que las expresiones religiosas o que las manifestaciones fanáticas relacionadas con el deporte.

La forma de pensar suele corresponderse con la forma de decir. 

Buenas noches.

jueves, 31 de julio de 2014

Buenos días. Resultados




Cuando sólo vemos los resultados y no nos fijamos ni en las formas ni en las consecuencias, es que hemos dejado de ser humanos. Buenos días.

martes, 5 de marzo de 2013

Piernas




Me bajé del autobús y caminé detrás de una mujer de mediana edad. Llevaba las piernas enfundadas en unos leggins negros que dejaban ver una bella silueta en movimiento. El contorno de sus piernas, como dos potentes columnas coronadas por dos capiteles glúteos, era realmente atractivo y mi mirada quedó discreta, pero fuertemente fija en aquel bellísimo ritmo acompasado que evolucionaba delante de mí. La mujer siguió su camino y yo me desvié hacia el mío. Cuando desapareció, me di cuenta, con una cierta preocupación, de que en realidad a aquella mujer yo no le había visto las piernas, que había estado siendo seducido sólo por unas formas recubiertas de tejido y que desarrollaban un movimiento, es verdad, que realmente bello. Dentro de aquellas fundas negras podía haber una piernas, bonitas o no, o, vete a saber, unas prótesis convenientemente acondicionadas.

Los leggins no son las piernas, claro. Las piernas tienen, aparte de unas formas y un perfil determinados, una piel que les aporta una textura concreta, unos músculos que las moldean, unos pliegues que les dan vida, un color propio. Los leggins nos permiten ver la forma de las piernas, pero no su contenido particular. Y la forma es sólo una parte de la realidad, pero no es toda la realidad ni, posiblemente, sea la parte más importante de la realidad.

En ese momento del transcurso de mis pensamientos, de una manera un tanto brusca y no querida, me vinieron a la mente, primero, Rajoy, luego, Cospedal y ahí ya eché el freno y paré. Aparecieron estos tipos en mi imaginario porque me di cuenta de que también ellos ocultan el contenido de sus palabras bajo la apariencia de las formas. De la misma manera que los leggins no dejan ver nada de las piernas, las palabras de estos políticos de la derecha ocultan la realidad y dejan ver sólo una impresión de seguridad, de convicción o, en el caso de Cospedal, de nada, que es otra forma de no hablar de la realidad. Bárcenas, por ejemplo, juega, en el caso de Rajoy, el mismo papel que las piernas de la mujer de hoy. Nadie le ve las piernas, nadie habla de las piernas, como si no existieran. Sólo se ven leggins, movimientos no se sabe de qué y belleza. Si esas piernas tienen celulitis, manchas, varices o cicatrices, nada de esto se ve. Nadie sabe casi nada de Bárcenas, pero nos presentan leggins, apariencias, formas todos los días, para que nos conformemos con ellas y nos olvidemos de la verdadera realidad. El PP y los diseñadores nos tienden trampas con mucha frecuencia.

jueves, 28 de enero de 2010

Formas



El grosor de las medias debe de haber aumentado considerablemente. En días de bastante frío he visto a muchas mujeres de distintas edades vestidas con medias oscuras y un vestido muy corto encima. Las imágenes desprendían en general una belleza peculiar que me recordaba la distinción aristotélica entre materia y forma como criterios, entre otros, para analizar la realidad. En este caso, la belleza no procedía de la materia, oculta bajo las medias, sino más bien de la forma de la pierna de la mujer, cuyo contorno oscuro destacaba sobre un fondo multicolor. También me recordó a los ángeles. Un ángel es un invento teológico que designa a un ser intermediario entre el dios y los hombres, que no tiene materia, sino sólo forma. Los ángeles tienen mucha importancia en el Islam y el barroco católico nos los ha representado espléndidamente. Es muy interesante conocer la clasificación de estos seres y sus criterios representativos en el arte, para poder distinguir un querubín de un arcángel. El caso es que la belleza de las piernas de las mujeres enfundadas en sus medias me pareció una especie de belleza angelical, en donde primaba la forma sobre todo lo demás. Es posible que algo de esto esté en la base del diseño de las ropas que usamos.

.