Otro grande que se va. Fue un compañero de las noches de la infancia, en donde la radio era el puente entre la realidad y la fantasía, entre la ignorancia y otro mundo que entraba por las ondas y te abría las puertas de lo nuevo, de lo desconcoido, de la ilusión, del futuro. Ustedes son formidables y la voz sugerente, susurrante, emotiva de Alberto Oliveras me emocionaron en mi infancia y en mi juventud. Otra parte del mundo vivido que se va.
Sirva como homenaje que alivie el nuevo golpe de soledad la que fue sintonía del programa, el último movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Anton Dvorak.