Del fondo de la mente nos surge un
pesimismo punzante.
De la realidad, bien mirada desde la distancia
apropiada, surgen también algunos brotes, quizá pequeños, quizá
incipientes, posiblemente demasiado aislados, pero también reales,
de esperanza.
Siempre suele ocurrir aquello con lo que no contamos.
No ganamos nada dejándonos llevar por el pesimismo.
Dejemos la
puerta abierta a que algo bueno ocurra.
Buenas noches.