Aprendamos a dar ese calor que tantas
veces necesitamos para no sentirnos ni solos ni infravalorados ni indiferentes ante los demás. Un abrazo, un beso, una caricia, el
reconocimiento de algo bueno en el otro, una palabra agradable, una
ayuda esperada... Para ese calor humano toda la vida debe ser verano.
Buenas noches.