Es como si nada hubiera ocurrido. Te
levantas, te acuestas, te levantas, te acuestas, te … intentas
vivir con toda la intensidad de la que eres capaz de hacerlo. Te
echas al mundo a sacarle sus esencias. Ríes, sonríes, amas, lloras,
te enfadas, gozas, abrazas, te acercas, huyes, vives. Todo eso es
verdad. Lo trágico es que ¡ya estamos en noviembre! ¡Qué prisa
tiene el calendario! ¡Qué rápida va la vida!