Todos los días está en la puerta del
supermercado.
Todos los días y todo el día está de pie.
Todos los
días tiene esa cara de mujer joven enferma.
Todos los días se la ve
cansada de mantener esa postura.
Todos los días está pidiendo
limosna.
Todos los días parece que quiere vivir, pero yo creo que
muy pocos lo consigue.
Todos los días, sin que ella me diga nada, me
pregunto por ella, por el mundo, por la vida.
Todos los días pierdo
el valor necesario para preguntarle por ella, por su mundo, por su
vida.
Todos los días está en la puerta del supermercado y no sé si
alguno de esos días habrá tenido un soplo de alegría, o un momento
con ganas de vivir, o, al menos, un destello de esperanza.
Todos los días son todos y cada uno de los días.
Buenas noches.