Hace unos meses, por casualidad, me enteré de que Shelley Duvall (1949-2024) había muerto mientras dormía, debido a las complicaciones que le acarreaba su diabetes. Ningún telediario la mencionó, aunque fuera para dedicarle un minuto de contenido informativo. No era futbolista, ni modelo, ni influencer, es verdad; simplemente, era actriz y, como añadido, desde 2002, vivía alejada de los focos, librando una dura batalla con sus problemas psicológicos. Sin embargo, fue de las más populares en Hollywood en las décadas de los setenta y ochenta, y siempre será la frágil Wendy Torrance de “El resplandor” (1980). Esta película supuso un punto de inflexión en su carrera, pero también durante su rodaje hubo de soportar las continuas exigencias del director, Stanley Kubrick, y un ambiente de trabajo bastante hostil. Todo ello desencadenó sucesivas crisis nerviosas, pérdida de cabello y una depresión galopante. Por si fuera poco, fue nominada por este papel a los Razzie como Peor Actriz...
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