Obra de Guillermo Pérez Villalta
COBRE
Sabemos
por una entrega anterior de estas Etimologías (22-08-14) que el
nombre de este metal proviene de la isla de Chipre, en griego Kypros,
por los importantes yacimientos de este metal que había en ella. Del
latín cuprum,
se discute si entra en castellano desde el alemán kupfer
o a través del catalán, que tiende a eliminar las vocales finales,
y cobr
habría desarrollado en castellano una vocal de apoyo e.
Fue el primer metal importante en los comienzos de la Historia, da
nombre a la Edad del Cobre (básicamente el III Milenio a.C.), tanto
por su facilidad de fusión como por la abundancia en el Próximo
Oriente. Es muy importante en las aleaciones más usuales, latón y
bronce.
ESTAÑO
El
estaño en aleación confiere al cobre gran dureza, pero es poco
abundante en el Mediterráneo Oriental, así que fue buscado
obsesivamente por los primeros colonizadores del Próximo Oriente. La
primera zona de difusión fue el norte de Mesopotamia, el país de
los cassitas (una pequeña cultura que llegó a dominar Babilonia),
de forma que el metal fue llamado en griego kassiteros.
Este es el origen del nombre del estaño hoy día en árabe, qasdir
y en las lenguas eslavas. Cuando los fenicios descubrieron
importantes yacimientos en el sur de las Islas Británicas, estas
fueron llamadas las Islas
Casitérides. Pero en
Cornualles el metal recibió el nombre de stan,
término quizás celta (los celtas también eran indoeuropeos) que
significa piedra, roca, algo duro. Este es el origen tanto del inglés
tin,
como del latín stannum.
Y de estaño derivan en español estañar,
cubrir de estaño, y restañar,
cubrir de estaño por segunda vez.
BRONCE
Fue
la primera aleación importante obtenida por el hombre, dando nombre
a la Edad del Bronce (básicamente el II Milenio a.C.). La guerra de
Troya fue cantada por Homero como una guerra con armas de bronce, el
escudo de Aquiles fue forjado por Hefesto en bronce. Su dureza fue
básica para las armas, para las campanas, por su bello sonido, o
para el arte de la escultura. Los griegos lo llamaron chalkós
y en latín aes.
Pero en latín vulgar se llamón aes
brundisium, de
Brindisi, quizás porque llegaba por mar a este puerto y de allí se
distribuía a todo el Imperio Romano. De brundisium
proviene nuestra palabra bronce. En la América prehispánica se
conocía la aleación de cobre y estaño, aunque no se utilizara
masivamente para herramientas. El bronce, aun después de la llegada
del hierro, siguió compitiendo con él durante siglos hasta la
obtención de aceros de calidad.