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viernes, 13 de febrero de 2015

Los viernes, etimologías. Cobre, estaño, bronce


Obra de Guillermo Pérez Villalta

COBRE

Sabemos por una entrega anterior de estas Etimologías (22-08-14) que el nombre de este metal proviene de la isla de Chipre, en griego Kypros, por los importantes yacimientos de este metal que había en ella. Del latín cuprum, se discute si entra en castellano desde el alemán kupfer o a través del catalán, que tiende a eliminar las vocales finales, y cobr habría desarrollado en castellano una vocal de apoyo e. Fue el primer metal importante en los comienzos de la Historia, da nombre a la Edad del Cobre (básicamente el III Milenio a.C.), tanto por su facilidad de fusión como por la abundancia en el Próximo Oriente. Es muy importante en las aleaciones más usuales, latón y bronce.

ESTAÑO

El estaño en aleación confiere al cobre gran dureza, pero es poco abundante en el Mediterráneo Oriental, así que fue buscado obsesivamente por los primeros colonizadores del Próximo Oriente. La primera zona de difusión fue el norte de Mesopotamia, el país de los cassitas (una pequeña cultura que llegó a dominar Babilonia), de forma que el metal fue llamado en griego kassiteros. Este es el origen del nombre del estaño hoy día en árabe, qasdir y en las lenguas eslavas. Cuando los fenicios descubrieron importantes yacimientos en el sur de las Islas Británicas, estas fueron llamadas las Islas Casitérides. Pero en Cornualles el metal recibió el nombre de stan, término quizás celta (los celtas también eran indoeuropeos) que significa piedra, roca, algo duro. Este es el origen tanto del inglés tin, como del latín stannum. Y de estaño derivan en español estañar, cubrir de estaño, y restañar, cubrir de estaño por segunda vez.

BRONCE

Fue la primera aleación importante obtenida por el hombre, dando nombre a la Edad del Bronce (básicamente el II Milenio a.C.). La guerra de Troya fue cantada por Homero como una guerra con armas de bronce, el escudo de Aquiles fue forjado por Hefesto en bronce. Su dureza fue básica para las armas, para las campanas, por su bello sonido, o para el arte de la escultura. Los griegos lo llamaron chalkós y en latín aes. Pero en latín vulgar se llamón aes brundisium, de Brindisi, quizás porque llegaba por mar a este puerto y de allí se distribuía a todo el Imperio Romano. De brundisium proviene nuestra palabra bronce. En la América prehispánica se conocía la aleación de cobre y estaño, aunque no se utilizara masivamente para herramientas. El bronce, aun después de la llegada del hierro, siguió compitiendo con él durante siglos hasta la obtención de aceros de calidad.