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domingo, 16 de junio de 2013

Buenas noches. Neoliberalismo





Una de las ideologías más dañinas, más crueles y más inhumanas que se han generado sobre esta Tierra es el neoliberalismo. Lo comenzaron a practicar en sus tiempos Ronald Reagan y Margaret Thatcher y defendían, entre otras cosas, la reducción del Estado a su mínima expresión y la implantación de la iniciativa privada en todos los ámbitos de la economía. Al neoliberalismo le interesan bastante poco las vidas concretas de los ciudadanos. Lo importante es la economía nacional y la buena marcha de los negocios privados. El individualismo es la consigna a seguir y cada cual debe ser el que se las ingenie para vivir lo mejor posible. La cultura, la igualdad o cualquier otra faceta humana, pero improductiva, le cae muy lejos al neoliberalismo, que no tiene ojos para eso, a menos que pueda convertirse en un negocio.

El neoliberalismo está representado en España por el Partido Popular, dentro del cual hay defensores de un neoliberalismo radical, como, por ejemplo, Aznar o Esperanza Aguirre.

Yo me pregunto si los votantes del PP son también neoliberales, si saben en qué consiste el neoliberalismo y si son conscientes de que los neoliberales en el poder los utilizan a ellos siempre que les vienen bien para sus negocios. Me choca que tanta gente le entregue su confianza a los portadores de un sistema económico y político tan dañino. Es como si existiera en una parte de la ciudadanía un deseo más o menos inconsciente de autodestrucción.

Lo menos individualista y lo que quiere mirar con cariño a cada una de las personas de nuestro mundo es la nube de cada noche, llena de generosidad, de amor y de buenos deseos. Formémosla. Buenas noches.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cambio climático






Te habrás dado cuenta, sin duda, del calor que ha hecho este verano. Un calor sofocante en muchas ocasiones e inusual. Habrás observado también la frecuencia con que aparecen inundaciones, terremotos y fenómenos catastróficos en muchas partes del planeta.

Te pongo aquí una parte del artículo de Moisés Naím en El País del 5 de septiembre de 2010:

El verano más caliente. En agosto, la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration, el organismo del Gobierno estadounidense encargado de la recolección y análisis de datos sobre el medioambiente) informó de que, de enero a julio, la temperatura promedio del planeta aumentó 1,22 grados Fahrenheit con relación a la media de todo el siglo XX. Fue la temperatura más alta que ha experimentado el mundo desde 1880, cuando comenzaron a realizarse estadísticas fiables. Durante el verano continuó el calor extremo y en un gran número de ciudades el termómetro subió a niveles récord. Además, la ola de calor en algunos países coincidió con intensas lluvias en otros. Así, este verano Rusia ardió y Pakistán se ahogó. La tragedia climática de Pakistán es de dimensiones inimaginables y ya ha provocado más damnificados que el huracán Katrina, el terremoto de Haití y el tsunami asiático de 2004 en su conjunto. Las estadísticas indican que estos episodios extremos de lluvias, frío o calor son ahora más frecuentes de lo que solían ser.

Compáralo ahora con los negacionistas del cambio climático y con las declaraciones de políticos del estilo de Václav Klaus o Aznar. Y saca tus conclusiones.

martes, 5 de mayo de 2009

El eco del ego


El eco se parece un poco al espejo porque te devuelve una imagen sonora que te hace ver no sólo que has dicho algo, sino que te permite comprobar lo que has dicho o, al menos, parte de ello.


Llevo varios post hablando de lo que he llamado egopatías, esto es, enfermedades del ego. Las entiendo como el aspecto psicológico del individualismo que poco a poco va metiendo como algo natural en la vida el neoliberalismo, esa ideología nefasta que no sólo defienden Esperanza Aguirre, Aznar, Bush, Margaret Thatcher y, antes, Reagan, sino un buen montón de los que tienen que ocuparse de sus dineros por encima de todas las cosas.


Me llegó diás atrás el eco del ego en un artículo que publicó Juan Cruz en El País del 26 de abril, titulado precisamente Ego. Recogía en él, sin llamarlas así, algunas egopatías con firma famosa, como, por ejemplo, una de Chateaubriand traída por Josep Ramoneda:

Se creía que estaba sordo porque no oía hablar de él.

Es una preciosa fotografía de muchos ciudadanos actuales que profesan este tipo de sordera vital.


Cita Juan Cruz un libro que, sin duda, promete: Literatos, del chileno José Palomo. Se recogen en él frases reveladoras del ego de los escritores, como la de Albert Camus, que dice:

La necesidad de estar en lo correcto es un signo de una mentalidad vulgar.

Todo esto del ego tiene una intención que para mí es clara. Estudiando el ego de los demás, puedo tener una idea más clara de mi propio ego y puedo tener más cuidado de no caer en alguna egopatía.

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